Se acerca el Día de la Mujer. En ese marco, la dermatóloga y Especialista en Medicina Estética Fiorella Marta repasó prácticas caseras y tratamientos femeninos en pos de alcanzar la anhelada juventud eterna.
«Las modas pasan pero lo que siempre está vigente son las ganas de verse mejor y sentirse bien. Las mujeres de principios del siglo XX, perseguían la palidez extrema, mientras que para 1980 se imponía la piel bronceada«, comentó Fiorella Marta que es miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología.
Según la especialista, en un breve recorrido por la historia de la estética advertimos la peligrosidad de los tratamientos caseros de otras épocas hasta llegar a lo que hoy se denomina «skin care», una tendencia, afortunadamente, mucho más saludable.
«Las mujeres han probado desde hace un siglo diversos tratamientos en pos de borrar del rostro las huellas del implacable paso del tiempo y lucir una piel saludable y lozana«, dijo.
Y continuó: «En las primeras décadas del siglo pasado, las mujeres han ensayado extraños brebajes para lucir una piel pálida que, por aquel entonces, era sinónimo de delicadeza y juventud. Incluso, publicaciones de la época, llegaron a fomentar la ingesta de vinagre para alcanzar la pretendida blancura».
«Luego, en los años 50, pudimos observar que un tema que acomplejaba a algunas mujeres era el tema del vello facial. La foliculitis que este producía en el rostro debido al antiguo método depilatorio que utilizaban. Por lo cual algo muy usando en ese entonces era la famosa piedra pómez«, añadió.
La dermatóloga señaló que las mujeres trataban de suavizar y emparejar la zona afectada de su piel, incluso a veces llegaban a lastimarse con el afán de verse más lindas.
Otro tema preocupante era el acné en tiempos en que las góndolas no estaban precisamente abarrotadas de productos como ocurre hoy en día.
«Se hacían tratamientos caseros con dos ingredientes: alcohol alcanforado y azufre en polvo. Claro que nadie tenía el antídoto para luego mejorar las secuelas post inflamatorias«, contó.
Todo era mucho más básico que ahora.
Las mujeres se limpiaban la cara de noche con jabón ‘heno de pravia’. Ya en los años 80, una mascarilla clásica era la clara de huevo y rodajas de pepino. Algunos frotaban sus granos con ajo. En esa época estaba instalada la mala costumbre de tomar sol de manera desmedida.
Además de esto, buscaban mejorar su bronceado y potenciarlo en esas horas de exposición con la famosa bebida cola, o algún aceite de maíz que tomaban de la alacena de la cocina y algunos lo mezclaban con zanahoria rallada y lo frotaban por la piel.
«Quienes tenían la cara tipo grasa o mixta recurrían al alcohol del botiquín y se lo pasaban puro por el rostro para quitar la oleosidad. Sin lugar a duda, podemos decir que el 2000 fue un boom en el avance de la tecnología y en el manejo de la información sobre la vida saludable. Hoy, afortunadamente, existen cosas que podemos hacer en casa o en consultorio que tienen estudios que evidencian su efectividad y que sabemos que no son nocivos«, agregó.
De forma casera
- Exfoliación: Rejuvenece la piel y elimina las células muertas que se acumulan en la superficie de la piel. Estimula la regeneración celular y la microcirculación sanguínea de superficie. Por todo ello, la piel retoma su suavidad, flexibilidad, brindando una apariencia fresca y descansada.
- Hidratación: Una piel limpia e hidratada es una piel elástica y que esquiva las arrugas. Luego de los días de playa hace falta un shock de hidratación. Lo ideal es realizar una hidratación externa con cremas o serums después de limpiar el rostro en profundidad.
- Máscara de algas: Dentro de la amplia gama que ofrece el mercado, la máscara de algas es la más indicada para el final de la temporada de verano. Son muy hidratantes pero en general, requieren ser combinadas con otros tratamientos. Con lo cual, a veces es más aconsejable ir directamente por un único tratamiento más profundo y efectivo. Es ideal para pieles jóvenes que buscan sus primeros cuidados.
Para hacer con un profesional:
-Baby botox para mejorar las líneas de expresión sin dejar las caras frizadas. Da un aspecto de “cara descansada”. Consiste en la infiltración de dosis más bajas de las que se usan habitualmente en los tratamientos con toxina botulínica, aplicadas con mucha precisión, para conseguir un efecto muy suave y natural.
-Mesoterapia francesa. Su aplicación en el rostro es bien penetrante y se usa un pool de vitaminas en una sola sesión. El complejo nutritivo revitalizante contiene más de 50 ingredientes, como ácido hialurónico, vitaminas, aminoácidos y minerales. Este tratamiento aporta brillo al instante.
-Peeling Mecánico sin ácido para mantener la piel joven, suave y limpia.
Es un procedimiento no invasivo, seguro y con resultados visiblemente rápidos.
-Mesoterapia con vitaminas. Ayuda a aclarar manchas e hidratar en profundidad. Mejora las cicatrices, marcas de acné, etc.
-Plasma Rico en Plaquetas. En este tratamiento, se extrae una pequeña cantidad de sangre del paciente, luego se centrifuga y se obtiene un concentrado de plaquetas. Esto se aplica sobre la piel dañada, sobre las arrugas, manchas, hasta cicatrices, mejorando muchísimo el aspecto, incluso mejora los poros dilatados, favoreciendo la formación de colágeno.
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