La licenciada en Nutrición Agustina Murcho define la alexitimia como “la incapacidad de poder expresar e identificar emociones. Muchas personas con trastornos alimentarios y/o obesidad poseen esta problemática”.
¿De qué se trata la alexitimia?
“Son personas que comen para no decir, no pensar y no sentir, claramente de manera inconsciente. La comida en este sentido es un alivio momentáneo para la persona. Es una vía de escape, llenan ese vacío, expresan sus emociones a través de la comida, calman dolores, pero a su vez es una manera de autodestruirse”.
“Esto es algo que se tiene que saber ya que se cree que la obesidad y el sobrepeso viene por culpa de Netflix, el sillón y la comida” agrega Murcho.
“Los que juzgan no deben conocer ni de cerca lo que es esto. Hay poca información sobre lo que es la comida y las emociones y ni hablar de los trastornos alimentarios”.
“Se cree que la persona con obesidad siempre come por gordo y que son vagos, cuando detrás de todo eso hay millones de cosas mucho más complejas” detalla.
El atracón: un hábito que nos quiere decir algo
Los atracones son conductas que consisten en una excesiva ingesta de alimentos de forma descontrolada con sensación de pérdida de control.
La causa puede ser emocional, biológica o por restricciones previas.
Según el Centro de neurología, Neurociencia y rehabilitación (FLENI) aproximadamente un 40% de las personas con obesidad que buscan tratamiento especializado sufren este trastorno. Es por esto que su diagnóstico es tan importante a la hora de encarar un plan nutricional para descenso de peso.
Signos y síntomas conductuales y emocionales del trastorno por atracón:
- Comer cantidades inusualmente grandes de alimentos en un periodo de tiempo relativamente corto.
- Sensación de que su comportamiento alimentario está fuera de control.
- Comer incluso cuando se está lleno o no se tiene hambre.
- Comer rápidamente durante los episodios de atracones.
- Comer hasta que esté incómodamente lleno.
- Comer con frecuencia a solas o a escondidas.
- Sentirse deprimido, disgustado, avergonzado, culpable o molesto por su alimentación.
- Dieta frecuente, posiblemente sin pérdida de peso.
“Luego de una comilona o atracón no debemos hacer nada para compensar. Lo que hicimos ya está hecho, el día ya pasó y la comida ya se comió, solo retomar hábitos saludables y buscar ayuda profesional” concluye la licenciada Murcho.
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