La imagen de Tito Gómez predomina en el afiche, las fotos y el tráiler oficial de la película. Está claro: Tito, la pieza que dirige Esteban Trivisonno, gira en torno a la figura del reconocido actor protagonista de El Asadito y muchas otras producciones locales. En la previa del estreno que será este sábado 14 de abril en Buenos Aires durante la presentación del BAFICI– festival para el que fue seleccionada en la Competencia Latinoamericana- ,el creador dialogó con Rosario Nuestro y desentrañó detalles de su ópera prima.
Las primeras escenas dan cuenta de un falso documental. Pero el propio Trivissono se encarga de desmentirlo. El film, producido por Prometeo, se empezó a rodar en 2015. Esteban Trivisonno, de corta edad pero largo recorrido artístico, había trabajado en varias oportunidades con Tito y su personalidad le despertó cierta sospecha creativa. «Algunos rasgos que otros detestaban para mí eran muy potentes. Yo los veía para hacer un personaje tipo El Insoportable de Jim Carrey o Danny DeVito en Mamá se tiró del tren», confiesa.
Sin embargo, en cuanto a la trama, los límites se vuelven difusos: la realidad se mezcla con la ficción. Sí, Tito Gómez se interpreta a sí mismo, como relata Trivisonno, pero desde la parodia: una celebrity venida a menos que mendiga castings y tiene delirios de grandeza. El armazón argumental que lo contiene es un grupo de cinco estudiantes de comunicación que se embarca en el rodaje de un documental autobiográfico sobre el actor, quien durante el proceso «se vuelve su propio Villano», siempre atravesado por la comedia.
La película cuenta con los testimonios de los directores rosarinos Gustavo Postiglione, Héctor Molina y de los actores Andrea Fiorino y Raúl Calandra, entre otras personalidades que trabajaron con el actor. Ahí es cuando se genera «esa maraña» de la que habla Trivisonno en la que se pierden lo real y lo ficticio.
El proyecto ganó la convocatoria Espacio Santafesino para largometraje en producción hace tres años. Gracias a ese incentivo económico pudo concretarse. «Es una película, ‘ultra/archi/mega/independiente’ y chiquita que fue posible gracias a ese aporte económico pero también a la fuerza de trabajo, el compromiso y la fidelidad del equipo técnico y del elenco. Esto no hubiese sido posible sin ellos», remarca el director sobre el final de la entrevista.
En definitiva, una iniciativa rosarina de pura cepa con jóvenes artistas atrás y delante de las cámaras y con un clásico de la actuación local como caballito de batalla. Tito Gómez supo reírse de sí mismo y una vez más, regalar su arte a los amantes del cine.