La situación que atraviesa la parroquia «María Reina», en barrio Larrea, es crítica. El domingo a la madrugada el frente de la iglesia y el de la escuela de la congregación, que funciona en México al 1000 bis, fue baleado por un grupo de desconocidos que se movía en una moto. Desde el primer momento las víctimas señalaron que el ataque estuvo organizado por una banda que vende drogas en la zona. Rosario Nuestro indagó sobre esta situación y se encontró con que los sospechosos son viejos conocidos para la Policía local.
«El cura lleva un tiempo denunciando un bunker que funciona a menos de 100 metros de su lugar de trabajo. Esta situación caldeó los ánimos en el barrio y , creemos, es el detonante del tiroteo», señaló uno de los encargados del caso. Este mismo vocero aseguró que la banda a la que apunta el párroco cuenta con un historial criminal para la Justicia Federal y Provincial de Rosario.
«Este bunker tiene dos allanamientos encima y siempre volvió a abrir. Le veníamos siguiendo los pasos», aseguró el mismo interlocutor. Él hace referencia a dos operativos puntuales. El primero tuvo lugar el 29 de noviembre de 2017, cuando la Policía de Investigaciones irrumpió en la construcción señalada por los vecinos, junto con la casa de un aparente proveedor. En ese procedimiento los pesquisas detuvieron a una persona y secuestraron drogas.
El segundo allanamiento fue realizado por la Policía Federal en febrero de 2018. En esta ocasión también hubo resultados positivos, con detenciones y secuestro de estupefaciente. Pero pareciera que el procedimiento no sirvió de mucho. «Una vez que interviene la Justicia Federal ya no podemos meternos. Hay una causa iniciada, pero nosotros teníamos conocimiento de que en el lugar seguían vendiendo drogas», cerró el mismo vocero.
