Profesionales del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) afirman que “se necesitan al menos quince días para lograr desconectarse: la primera semana aún se continúa con la inercia de la sensación de obligaciones y preocupaciones, y la segunda, se logra el verdadero descanso. Hay personas ansiosas o preocupadizas, que frente a las preparaciones previas, consideran más relajante quedarse en casa, lo cual de cierta forma, es verdadero”.
Los consejos que no fallan
-Preparar las valijas con antelación.
– Ser realista: pueden ocurrir cuestiones que hagan que no todo sea perfecto, no poseer buen tiempo, no cumplir con todas las actividades deseadas, etc.
– No viajar de noche para evitar accidentes.
-Limitar los carbohidratos para disminuir la ansiedad de llegar, durante el viaje, que debiera ser parte del descanso.
– Buscar actividades placenteras.
– Mantener una alimentación balanceada.
– Olvidarse de la tecnología.
Adiós al estrés
Para reducir los niveles de estrés se pueden realizar respiraciones de atención plena para volver a estar en el presente y encontrar la calma y tranquilidad; o alguna meditación de Mindfulness que permita relajar la mente.
Desde CEETA recomiendan conectarse con lo que uno no hace durante el año como hacer más deportes, dormir un poco más, olvidarse de las tareas cotidianas y responsabilidades que llevan a estar más ansiosos.
No pretender realizar cambios bruscos y radicales en poco tiempo, respecto a algún hábito que quiere cambiar.
Y lo más importante es reconocer que es un momento de ocio y recreativo y no pensar que el descanso es una pérdida de tiempo, sino que es un tiempo para reencontrarse con uno mismo y disfrutar.
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