Las posturas que podemos adoptar a lo largo del día: cómo nos sentamos, dormimos y hasta cómo sujetamos nuestro celular pueden tener consecuencias en nuestro cuerpo. Además, el sedentarismo, el home office y el estrés empeoran aún más la situación.
Las malas posturas más comunes
“Generalmente son las posturas adoptadas en posiciones de trabajo o estudio, generan una extensión más allá del límite normal durante toda o parte de la jornada laboral. Algunas de las más comunes son: el giro de la cabeza, la falta de apoyo en la espalda, la falta de apoyo para las muñecas y antibrazos, el síndrome de la billetera (colocamos cosas en los bolsillos traseros y esto genera un desbalance en la pelvis); tener la silla de trabajo mal maniobrada, etc” explica la licenciada Alejandra González, kinesióloga y especialista en reeducación postural global.
“Estos desequilibrios provocan un cambio en la organización de nuestro cuerpo y pueden producirse daños a veces irreversibles” agrega.
El rol del estrés
“El estrés trae como resultado dolores en distintas partes del cuerpo, ante una situación estresante los músculos se mantienen en un estado de tensión constante. Si además, no se mueven lo suficiente y no se estiran el problema empeora”.
“Cuando empezamos a sentir la ansiedad el cuerpo se tensa de forma natural dando lugar a dolores de cabeza, dolor de cuello, rigidez en los hombros, etc”.
Celulares: enemigos de las buenas posturas
En Argentina hay más de 30 millones de celulares en uso, en relación al uso de estos dispositivos electrónicos también hay falencias.
“El uso prolongado y constante del celular provoca que la cabeza y el cuello estén en una posición doblada y prolongada durante mucho tiempo”.
“Es recomendable sostener la pantalla a la altura de los ojos y enviar mensajes de voz en vez de teclear. El solo hecho de exponerse menos horas al uso de los dispositivos ayuda a evitar las malas posturas y facilitar un correcto descanso” explica Alejandra.
“Con respecto al uso de la computadora el monitor debe estar en frente, se debe usar una buena silla con apoyo lumbar y los pies deben estar colocados en el piso. Los brazos con 90 grados de flexión de codos y las muñecas relajadas”.
“También es importante realizar pausas activas, trabajar con luz adecuada preferentemente natural” agrega.
“Si hay dolor regular de espalda es fundamental la consulta con un profesional, los programas de rehabilitación postural nos ayudarán a mejorarlo” concluye la licenciada.
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