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sábado 27 de abril del 2024

Terminaron los alegatos y el próximo jueves se conocerá la sentencia

Luego de tres jornadas donde Fiscalía, querella y defensas técnicas dieron sus alegatos de clausura en el juicio por la desaparición de la sanlorencina Paula Perassi, este viernes las últimas dos partes realizaron sus exposiciones y ahora se espera el fallo el jueves 2 de mayo a las 12.

En la Sala 7 del Centro de Justicia Penal de Rosario los jueces Griselda Strólogo, Mariel Minetti y Alvaro Campos escucharon las exposiciones de cierre.

En un primer momento, pidió la palabra la acusada María José Galtelli. La oficial de policía que se desempeñaba en la Agrupación de Unidades Especiales de la Unidad Regional XVII de policía de San Lorenzo cuando desapareció Paula, contó que es docente y estudió abogacía. Se acercó con gran cantidad de material al estrado a declarar, llevó un video, un audio, carpetas con papeles, afiches, recibos de sueldo que acreditan que es profesora y hasta hizo un gráfico en un pizarrón en medio de su exposición.

Con la voz entrecortada en varias oportunidades manifestó: «Hoy tengo que hacer mi defensa, la verdad es que mucho no sé de qué me tengo que defender, pero bueno. Hace ya cuatro años que estoy privada de la libertad y la parte acusatoria me solicita 16 años de condena». Acto seguido, recorrió una por una las acusaciones que recaen sobre ella. Entre ellas se le incrimina no haber intervenido la radio de un teléfono Nextel perteneciente a uno de los acusados (Gabriel Strumia), sobre eso expuso una nota y mostró que allí «se solicita la intervención de los teléfonos. Yo no omití ninguna radio, porque eso fue firmado por Ducasse y Krenz», refiriéndose a una compañera de su área y al jefe de la Agrupación, y agregó: «Tuvimos que venir a juicio y escuchar a la testigo Virginia Rato de Observaciones Judiciales a quien se le preguntó si en el caso que se solicitaba intervenir a un abonado, qué se intervenía. Ella dijo que cuando se ponía «abonados» se intervenía tanto la línea como la radio, porque era todo lo mismo. No había que poner línea y radio, como ellos dicen».

Sobre llamadas telefónicas entre la policía y los acusados, la mujer afirmó que las mismas existieron: «el 1º de diciembre de 2011, reconozco que tengo llamadas telefónicas. Recibo llamada de Roxana Michl quien me da a conocer que su hijo le había comentado que había visto una chica parecida a Paula en una garita cuando él se dirigía a la escuela a buscar una nota. Voy a hablar con el doctor Filocco y ordena que se tome declaración testimonial y se vaya a corroborar la existencia de la garita. Me comunico por teléfono con la misma línea (de Michl) para que se presenten al día siguiente, el 2 de diciembre, en la oficina de Agrupación de Unidades Especiales (AUE)».

Sobre la acusación de que se llegó tarde al telecentro desde donde llamaron por última vez a Paula y no se pudo recoger la filmación de las cámaras, Galtelli aseguró: «Al telecentro no fui, no corroboré nada, no hice el acta, ni mis compañeros, ni Krenz, ni Gómez, ni Fernández hicieron nada incorrecto, porque cuando tuvieron la novedad (por la lista de llamadas) fueron a los 10 minutos al telecentro».

«Nosotros buscamos a Paula un montón, hemos trabajado varias hipótesis. Le dijimos con Gómez al juez Filocco que había contradicciones en el señor Ortiz de Elguea (concubino de Paula). También nos llamó la atención el comportamiento del hijo, Lucas. La psicóloga me dijo que era necesario que el nene sea sometido a la cámara Gesell, pero el juez Filocco dijo que no y sobre las contradicciones del señor Ortiz dijo que no, que no lo podíamos tocar».

Al finalizar, la mujer quebrada en llanto dijo: «Con todo lo que declaré en este momento lo único que pedimos es que se nos absuelva de todos los delitos que se nos achacan», y remató: «Este colectivo criminal, como nos llamaron, lo único que hizo fue investigar».

Tras la declaración de la acusada, su abogado defensor, Néstor Oroño consideró en su alegato: «Se piden 16 años porque sí. ¿Qué se pretende? Se pretende no hagan justicia como deben hacer, pretende mandar un mensaje a la sociedad de hicimos justicia» y aclaró: «Voy a pedir que absuelva de culpa y cargo a Galtelli. Ante la poca posibilidad de que la considere penalmente responsable por alguno de los hechos, pedimos se encuadre su acción como delito único, se imponga lo mínimo previsto para ese delito único y se tenga por purgada la pena».

El último en hablar

El sargento de policía Gabriel Godoy fue el último de los acusados en declarar. Con su voz denotando nerviosismo, el policía que también se desempeñaba en la AUE en 2011, contó que tomó intervención en la investigación por la solicitud de paradero de Paula Perassi el día 20 de septiembre, dos días después de su desaparición. «Fue cuando llega Alberto Perassi con su amigo Gabriel Strumia, a AUE. Nos hace saber que Strumia había recibido un mensaje de texto de un teléfono terminado en 414. En un primer momento me pareció extraño que ese mensaje no tuviera refrenda de quién lo había enviado. Ese número era desconocido hasta para Strumia», señaló. Cabe aclarar que en el transcurso del juicio se ventiló que ese número 414 era un teléfono que usaban indistintamente los amantes para comunicarse entre sí.

Sobre la investigación Godoy contó que «en un primer momento hasta Perassi era sospechoso, todos. Ortiz de Elguea llevó las llamadas salientes y entrantes de Paula y ahí la situación de Strumia cambia, porque eran llamativas las cantidad de llamadas entre ellos y lo más llamativo era que el teléfono de Paula tenía llamadas al 414. Dado que no se iba a llamar Paula sola, si mandó mensaje del 414 (a Strumia) avisando que se iba a San Juan, ¿cómo el día antes se iba a llamar a ella sola?», reflexionó el policía, y remarcó: «Ahí cambia la situación de Strumia y era el principal sospechoso».

El acusado insistió en que fue él quien también descubrió que Paula estaba embarazada: «El 22 al mediodía teníamos que Paula estaba embarazada, yo en 48 horas había establecido eso». En su defensa, los abogados Paul Krupnic y José Nanni realizaron sus alegatos.

El doctor Nanni pidió la absolución de culpa y cargo de Godoy y dijo: «Cuando empezamos este debate hablé que la acusación había traído un relato con características fantásticas. Hemos visto desfilar centenar de testigos de diversa índole, testigos que vinieron acá a decir que otros le dijeron, que declararon de manera irregular, todo para sostener el relato que trajo el bloque acusatorio, relato que intentan imponer para la tribuna, que no puede ser acogido por este tribunal de derecho», y enfatizó: «Gabriel Godoy es inocente, es un simple sargento de policía que trabajó de manera correcta en esta causa e hizo todo lo que estaba a su alcance para esclarecer la situación de Paula Perassi. Aportó conocimiento sobre el embarazo de Paula y su relación con Strumia. No alteró ningún documento, no sustrajo ninguna prueba».

Por su parte Krupnic agregó: «después de escuchar a Galtelli me convencí de que acá hubo una actividad direccionada, encaminada por parte de la Fiscalía y la querella para calmar el clamor popular en San Lorenzo y esto implicaba detener a personas sin elementos probatorios. Había que calmar, a como diere lugar, al señor Perassi. No importa si con esto se cometían hechos ilícitos», y culminó ironizando sobre cómo la querella catalogó a los acusados: «Hay un colectivo de actrices, un colectivo de mujeres cantoras, pero ahora resulta que también hay un colectivo criminal».

«Nos vamos sin nada»

Fueron 18 días de audiencias desde que comenzó el debate el 21 de marzo pasado. Cada día encontró a Alberto y Alicia, los papás de Paula, con sus carteles de justicia en las puertas del recinto donde se realizó el juicio, a pesar de las inclemencias del tiempo, siempre firmes y acompañados por agrupaciones feministas, organizaciones sociales y vecinos que se acercaron a hacerles el aguante. Tras la última jornada, restando solamente la espera de la lectura del fallo la próxima semana, Alberto dijo: «Hasta acá llegamos, esperemos que se haga justicia. Lo lamentable es que nadie dijo absolutamente nada. Nosotros nos vamos de acá sin nada, pero bueno, que actúe la justicia y si realmente se han dado el lujo de no decir qué es lo que hicieron y qué pasó con Paula, lo que digo es lo contrario de lo que decía antes: que se pudran en la cárcel».

Alicia, la mamá de Paula, ungida en llanto por tantas emociones dijo: «Me voy triste porque nadie dijo a dónde está Paula, que era lo primero que quería saber, para decirle a sus hijos Lucas y Agustín. Y bueno, Dios sabrá, qué tiene que hacer con esta clase de gente».

Fuente: La Capital