Los especialistas advierten que es difícil probar que las nuevas tecnologías provoquen por sí mismas nuevas patologías, pero sí hay evidencia de que pueden exacerbar trastornos previamente existentes, o hacer que tomen nuevas manifestaciones o matices. «Los 8 años es una edad en la que se comienza a desarrollar regiones prefrontales involucradas en este proceso«, explica Claudio Waisburg, neuropediatra.
El nivel de adicción no puede medirse por la cantidad de horas a los que se exponen a las pantallas, sino por las cosas que se postergan o se dejan de hacer por el objeto de adicción.
«Basta con que se prefiera jugar con la Play a almorzar en familia o salir a una actividad deportiva o social. Este comportamiento puede llevar a las personas a sufrir apatía, nerviosismo, irritabilidad, pánico y poco interés en convivir con otras personas«, sostiene el neuropediatra.
Para Silvia Naya, psicóloga especialista en niños una de las principales razones para esta tendencia es que los videojuegos brindan la recompensa inmediata, y si no ganan, los jugadores pueden repetir los intentos en forma infinita.
Actividad física: tips para incorporarla
El sedentarismo es tal vez la acusación directa más fundamentada contra los videojuegos y es el que está generando una verdadera epidemia de obesidad en casi todo el mundo. Por eso los especialistas recomiendan que los niños realicen actividades deportivas y al aire libre.
- Llevarlos a espacios verdes donde puedan explorar juegos o utilizar la pelota.
- Anotarlos en alguna actividad como natación, fútbol, patín, karate, etc.
- Playgrounds: algunos lugares ofrecen juegos y camas elásticas para que los niños puedan interactuar con otros pares.
- Fomentar actividades dentro del hogar: cocinar, ordenar, jugar con cartas o cubos en familia son algunas de las actividades que pueden reemplazarse sobre la tecnología.
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