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viernes 29 de marzo del 2024

Taxistas denuncian multas discrecionales por ascenso y descenso de pasajeros

Un taxista denunció hoy haber recibido una multa por el instante en que dejó su auto y acompañó a la hija de una pasajera no vidente hasta la puerta de la escuela. El hombre admitió haber «pisado» la senda peatonal, a la vez que arremetió contra los inspectores: «Eran dos segundos, pero no entendieron. Además, nos trataron mal. Fue abuso de poder, una falta de respeto».  La denuncia del gremio se hizo extensiva. Más de un taxista remarcó dificultades en las paradas para el ascenso y descenso de pasajeros, que casi siempre están ocupadas por autos particulares. Mario Cesca, representante de los titulares de taxis, aludió la problemática al caos de circular por el centro pero también a la falta de trabajo y por ende de flujo de taxis y pasajeros en las paradas.

Hernán  maneja su taxi hace 17 años y asegura no tener ninguna multa. Salvo la de hoy a la mañana. «Unas cuatro veces por semana llevo a esta pasajera. Llama al radiotaxi porque es no vidente. Y viaja ella con la hija, la llevamos a la nena al colegio y a ella a trabajar. Yo le hago de ojo: bajamos a la nena y espero que entre al colegio», explicó el taxista a Rosario Nuestro.

Esta mañana, Hernán no encontró lugar para dejar el taxi. El vehículo quedó unos minutos pisando la senda peatonal. «La inspectora de tránsito no dejó de tocar el silbato. Le pedí un segundo, mientras ella me iba haciendo una multa. La llamé para contarle y en eso me increpa su compañero, si yo no entendía que tengo que moverme. La pasajera explicó que es discapacitada y la inspectora le dijo que eso no significaba que no pudiera caminar. La trataron mal, se trató de un abuso de poder. Una falta de respeto».

El taxista asegura que estuvieron cuarenta minutos con este trajín. La esquina de San Luis y Alvear se transformó «en un circo», según él. Y aunque la compañía de la gente fue mayor de la esperada, igual los hicieron sentir «como delincuentes».

El caso de Hernán trascendió entre taxistas y ahora es público porque llegó a un extremo, pero la problemática se repite. Los taxistas aseguran que las paradas de ascenso y descenso siempre están ocupadas, por autos particulares o por taxis, aunque ya no dejan que sean cuatro o cinco los que esperen, sino sólo tres. Y que cuando se sube o baja un pasajero en otro lugar, son increpados por inspectores y hasta multados.

Mario Cesca, presidente de la Asociación de Titulares de Taxis Independientes, aseguró que la problemática se repite y que hay más de una razón. Por un lado, el crecimiento exponencial del parque automotor en Rosario; por el otro, las obras que se hacen en el centro sin tomar previsión en el tránsito, que colaboran «a lo caótico» que es transitar. Pero además, Cesca aseguró que el trabajo para los taxistas es cada vez menos y así como ahora los taxis hacen cola para ocupar las paradas, antes eran los pasajeros los que tenían que esperar. Eso, válido para cuando los lugares reservados no están ocupados por autos particulares que no son inspeccionados.

«Y a todo se le suma que es el inspector el que tiene que aplicar su criterio. A veces se ajusta estrictamente al reglamento, y ahí nos vemos en problemas. Porque después tenemos que explicarle al juez de faltas, y también estamos a disposición de su criterio», explicó Cesca. Para él, en el momento «complicado» por el que pasan los taxistas, las multas discrecionales se suman a la falta de trabajo y conforman un cócktel frente al que hay que «estar atentos».

«Estamos viendo que hay multas que son injustas. A mí me hicieron una por tres mil pesos por estar en doble fila en paradas de taxi ocupadas por autos particulares. A ellos no les hacen multa, el municipio no se lleva los autos», explicó Eliana, una taxista. «En el juzgado me dijeron que si la parada está ocupada tengo que seguir hasta la que no esté ocupada. Es decir: si son 8 cuadras, dejo al pasajero a 9 de donde me pidió».

Eliana aseguró que no fue notificada de la sanción hasta que le llegó a su casa. Y que por eso fue difícil recolectar pruebas. «Todo el tiempo estamos peleando las multas. Yo tenía tres, de las cuales me perdonaron dos. Para esta yo no tenía pruebas. Los jueces de falta eligen qué cobrar y qué no. Por eso hay que juntar pruebas siempre», explicó.

Marina también es taxista y también asegura lidiar todos los días con la falta de paradas libres. «El problema es que algunos inspectores dejan estacionar a tres taxistas, cuando hay para hasta cinco. No hace mucho, había tres taxis en una parada y la siguiente estaba ocupada por un camión de carga y descarga», explicó la mujer. «No hay paradas vacías, no hay una esquina donde pueda descender, siempre tiene que ser en doble fila. Y nos damos cuenta que nos pasa a todos. No hay huecos en el centro y sin embargo nos persiguen y multan a nosotros».