El Gobierno anunció este lunes que evalúa aplicar una sola dosis de la vacuna rusa contra el coronavirus para tener disponibles más dosis y vacunas para un mayor número de personas. “La decisión sanitaria más importante que nos tenemos que plantear es si queremos tener 10 millones de personas vacunadas a marzo con dos dosis o si preferimos tener 20 millones de personas con una sola”, afirmó la viceministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti.
La funcionaria agregó: “En este contexto de pandemia es muy lógico pensar que se pueda vacunar a más gente con la primera dosis y diferir la segunda para cuando ya esté controlado el brote”.
En concreto y a partir de estas declaraciones, la duda que se genera es saber qué pasa si una persona se aplica una sola dosis de la Sputnik V y no las dos, como el laboratorio lo indica. La doctora Sandra Pitta, farmacéutica y biotecnóloga del CONICET, se refirió al tema en cuestión al aire de Radio Mitre Rosario.
En primer lugar, la profesional aseguró que “todas estas vacunas que tienen dos dosis para llegar a la eficacia de 95%” necesitan ambas dosis. Asimismo, aclaró que después de la primera se tiene “cierta inmunidad”. Por ejemplo, explicó que inmunizando una sola vez con la vacuna de Pfizer se obtiene un 54% de eficacia, y “con la segunda se llega al 94%”.
“La vacuna rusa no tiene dos componentes iguales como las otras vacunas, el componente 1 es distinto al 2”, apuntó Pitta en diálogo con Eduardo Conforti en El Diario de Mañana. Otro dato importante, mencionó, es que “no tenemos información válida sobre la eficacia de esta vacuna”.
De esta forma, si no hay información de eficacia completando las dos dosis en una persona, “menos tenemos después de la primera dosis”.
“Si supiéramos, como es el caso de la vacuna de Pfizer que con la primera dosis hay 54% de protección, podríamos armar un plan para espaciar la segunda dosis. Dar una sola sin ni siquiera saber qué inmunidad representa eso y no dar una segunda, complica aún más un asunto complicado, que fue la autorización de una vacuna sin papeles”, afirmó la farmacéutica del Conicet.
El plan del Gobierno, aplicando por el momento una sola dosis a cada vacunado, es poder inmunizar a un número mayor de personas. Esto “genera muchísimo ruido, porque en realidad los ensayos fueron hechos con una diferencia de 14 días (entre cada dosis aplicada), pero no de 60 días, entonces no se sabe nada”.
“Según los ensayos que han hecho los rusos, dar una segunda dosis a los 60 días -como evalúa hacer el gobierno- no sabemos qué representa. Desde Pfizer dicen que hay que repetir el ensayo para ver si hay inmunidad con esa distancia de días”, dijo Pitta, asegurando que en los países que están inmunizando con esta vacuna “tienen información y hay debate dentro de la comunidad científica para ver que se hace”.
Por otra parte, y como la profesional explicó, las dos dosis que requiere la Sputnik V “tienen componentes diferentes”. En ese sentido, afirmó que “Rusia debería haber enviado las dos dosis, no una sola, porque son dos distintas”. “Cada dosis cumple una función. ¿Qué tipo de inmunidad levanta solo la primera? Ahí es donde están los cuestionamientos y no hay respuestas concretas porque no tenemos datos, bibliografía, ni resultados”.
“Si bien los rusos tienen prestigio, no sirve para nada si no hay datos. Lo mismo diría de los estadounidenses o alemanes. Pueden tener todos los premios que tienen pero si no hay datos no puedo confiar”, agregó.
Por último, Pitta advirtió: “La estrategia de vacunación en Argentina fue mala desde el primer momento cuando se inició una vacuna con papeles tan flojos”.
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