Willy es un hombre relajado. Su respuesta frente al primer contacto con Rosario Nuestro y la posterior charla así permiten vislumbrarlo: «No problem», contesta vía Whatsapp. Y todo transcurre en ese tono. Willy es Willy Crook, un emblema del rock que este viernes se presenta en Rosario junto a Déborah Dixon, otra histórica. La cita es a las 22 hs en Tucumán 1016.
Frente a la pregunta sobre lo que se encontrará el público local esa noche, el saxofonista aprovecha para colar su sentido del humor: «Si lo supiera, ni voy». Y enseguida se refiere a su compañera de escenario como «una diosa universal. Podría tocar con cualquier banda del planeta que el éxito está garantizado. Yo me podría quedar tranquilamente mirando al público con un vaso en la mano, pero también voy a abrir la boca». Como él, Dixon formó parte de «Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota».
Crook deja en claro que no existen nuevos referentes en la escena del rock nacional actual: «Lo veo muy variado pero tal vez no muy preciso. No hay grandes exponentes. Quedan muy pocos de los que hicieron este asunto como Javier Martínez Manal, Charly García e incluso Lito Nebbia», dice.
Para él la movida pasa más por lo electrónico. «Hay una camada de gente muy preparada», resalta. «Soy un hombre promiscuo con la ropa puesta», siguió entre risas para ilustrar su proliferación de gustos musicales. El también cantante, destacó la labor de los cordobeses «Sur Oculto», «The Reverend Sons of», quienes «tienen eso que hay que tener, que lo tenés o no. Bueno, también existe David Guetta y la canaleta para que chorree la grasa de la parrilla…En fin, si sos un queso lo vas a ser con o sin una guitarra criolla en la tumba del Che Guevara», desliza, creativo e imparable.
Sin embargo, Crook confiesa: «Los músicos somos los menos indicados para hablar de música. Con suerte vamos a nuestros propios shows. No salgo a ver todas las bandas que quisiera», sigue al tiempo que se declaró un «irrespetuoso de muchos géneros» como el funk, estilo en el que se mueve con total soltura junto a sus «Funky Torinos».
Bajo su mirada, fina, experta, el funk no necesita «asociarse a ningún club. Es un primo degenerado del rock. Todas las bandas de rock han tenido su momento funk, hasta los Rolling Stones. Igual todo viene del blues, como dijo el señor Botafogo», sentenció en otra de sus respuestas entre lo irónico y lo cálido.
Willy se despide con un «gracias por escucharme», algo que no resulta para nada complicado para el que está del otro lado del diálogo. Los que seguro están agradecidos son los que tienen la fortuna de apreciar su talento desde hace casi tres décadas.