17°
jueves 25 de abril del 2024

«Sin Glifosato, se reducirán los rindes y la cosecha del país»

«Hay que ser racionales: atarnos a lo científico y ser cuidadosos. Presumiendo algo que no podemos comprobar, como sucede con la ordenanza sancionada por el Concejo, estamos afectando seriamente a la economía de nuestro país».  Federico Helman es uno de los miembros del Consejo Directivo de la Bolsa de Comercio de Rosario, institución que se hizo fuerte eco de la prohibición de uso de glifosato que aprobaron todos los ediles rosarinos. En diálogo con Radio Mitre Rosario, Helman remarcó la postura de la Bolsa: no prohibir, sí prevenir. Pero además, aseguró que «sin Glifosato, se reducirán los rindes y la cantidad de cosecha de nuestro país».

El Concejo Municipal de Rosario aprobó, por unanimidad, la prohibición del uso del herbicida glifosato en toda la ciudad. Fue en la sesión del 16 de noviembre. La discusión al respecto había pasado desapercibida hasta que todos los ediles levantaron su mano a favor. Después, explotó todo. Para prohibir el uso de esta sustancia no alcanza con las 28 manos levantadas. Es necesaria la firma de la Intendenta Mónica Fein, que todavía no se pronunció. El mientras tanto es de tira y afloje entre organizaciones medioambientalistas por un lado, y referentes del agro y la producción de soja sobre todo, por el otro.

Federico Helman representó, a través de los micrófonos de Radio Mitre Rosario, a este segundo sector y a la Bolsa de Comercio; sector que entiende que la prohibición no es la solución y que hay que bregar por el control y las buenas prácticas del herbicida. «La ordenanza votada es excesiva. Está poco atada a lo científico y más volcada hacia las creencias. Desde la Bolsa, entendemos que hay que ser racionales, atarnos a lo científico y ser cuidadosos. Presumiendo algo que no podemos comprobar, estamos afectando seriamente la economía de nuestro país».

Para Helman, cualquier determinación de este tipo, es decir, respecto a la economía y la agroindustria en general, «no puede ser abordado de una manera simplemente voluntarista y adoptando decisiones por creencias».  «Nos parece que lo sensato es atarnos a las comprobaciones científicas y la verdad es que, al día de la fecha, no hay evidencia científica sobre daños producidos por el glifosato cuando se lo utiliza correctamente».

El alerta que encendió fue en vistas de un posible contagio. La prohibición del uso de Glifosato se aprobó en la segunda ciudad más importante del país que también es uno de los centros agroindustriales más importantes. Las pregunta son simples, casi obvias: ¿Qué pasa si estas ordenanzas se propagan? ¿Qué pasa si empiezan a transformarse en leyes? ¿Qué pasa sin el Glifosato en el país de la soja?

«Sin dudas se reducirían los rindes y la cantidad cosechada por nuestro país. No nos olvidemos que el mundo demanda alimentos y nosotros somos un país en condiciones de brindar alimento a más de 400 millones de personas. Tenemos la obligación moral y ética de proporcionar alimentos y continuar en esta línea», respondió y explicó Helman.

Para la Bolsa de Comercio, el foco debería estar puesto en el control y monitoreo eficiente del Estado. Es decir, apuntar al uso responsable y no a la prohibición por la prohibición misma. «Lo que nosotros decimos que no hay que tirar el herbicida en una plaza donde juegan los chicos, tratamos de impedir eso, que no se generalice la aplicación para que se malverse esa idea y se transforme en la creencia de que el Glifosato produce enfermedades como cáncer. De eso no hay evidencia científica».

La defensa del herbicida está basada en su eficiencia y su clasificación «verde», es decir, como uno de los menos tóxicos. «Sino se usa el Glifosato, se usarán herbicidas más tóxicos». Además, Helman recordó que no existe evidencia científica del crecimiento de enfermedades en zonas donde se utiliza esta sustancia de manera correcta.