Tras el derrumbe de una casa de Superí al 200 este domingo por la tarde noche, un gran operativo de rescate se seguía realizando durante toda la jornada del lunes y la de este martes para tratar de dar con el último hombre atrapado bajo los escombros. La búsqueda continuaba con máquinas y trabajo a mano, en medio de un terreno de riesgo por encontrarse sobre la barranca del río Paraná.
La idea de los rescatistas era trabajar durante toda la madrugada del martes a mano, y retomar con la luz del día con las máquinas. Se intentaba remover la losa de gran porte que genere riesgo a los rescatistas, para «no arriesgar en vano». «El temor es que colapse el resto de la estructura», dijo Gonzalo Ratner, de Defensa civil, a los medios.
Si bien es difícil por la cantidad de tiempo transcurrido y las nulas señales auditivas, en el lugar se mantenía la esperanza de hallar vivo a Ariel López, un hombre de 52 años que habitaba la casa y que alcanzó a alertar a su padre Luis, de 82 años, al crujir la vivienda, pero que igual fue alcanzado por el derrumbe. Gracias a eso el mayor de los moradores sufrió heridas leves y fue rescatado en la misma noche del domingo. También encontraron herido a Facundo, un inquilino de 28 años.
Por otro lado, Ratner dijo que se investiga la causa concreta del colapso del inmueble de tres pisos en su parte superior, pero descartó que el siniestro estuviera relacionado con el terreno sobre la barranca. Por eso, resaltó la importancia de “llevar tranquilidad a los vecinos” porque la caída “tiene que ver más con lo estructural”.
