Este viernes, el secretario general de la UOM Firmat, Diego Romero, y el abogado del gremio metalúrgico, Pablo Cerra, llevaron adelante asambleas en las empresas Vassalli, REGA y ALCAL.
En las mismas, los trabajadores decidieron que si antes del martes no reciben un pago acorde a la problemática, cortarán las Rutas 33 y 93.
En el caso de REGA, determinaron que para retornar a sus labores y desactivar el plan de lucha deberían cobrar 5 mil pesos. En Vassalli, el monto determinado como piso para que la situación se atempere y volver a producir es de 15 mil pesos. Los trabajadores de la fábrica de cosechadoras además establecieron que de no obtener una respuesta, tras el reclamo, tomarán la empresa.
“Los trabajadores han decidido por unanimidad pasar a un plan de lucha”, dijo Cerra en diálogo con el programa Radio Edición Extra de la ciudad de Firmat.
Mientras tanto, en Rosario, el intendente de Firmat, Leonel Maximino, mantuvo un encuentro con autoridades y funcionarios nacionales y provinciales en busca de una ayuda que le permita destrabar esta situación, la cual se agrava día a día.
Uno de los legisladores que fue parte del encuentro, es el diputado de Cambiemos José Núñez, quien habló en la tarde de este viernes con Radio Mitre Rosario para explicar los pormenores de la reunión. “Nosotros venimos ayudando a la empresa hace tiempo refinanciándole la deuda, estamos trabajando con el programa de trasformación productiva para los trabajadores dependidos”, argumentó el diputado nacional.
Según explicaron Romero y Cerra, Vassalli y Rega tienen deudas muy importantes con sus obreros. Puntualmente, el abogado de la UOM contó que la fábrica de cosechadoras llega a adeudarles a algunos de los trabajadores hasta 70 mil pesos.
De acuerdo al relato de testigos, el presidente del directorio de la empresa, Nestor Girolami, en las primeras horas de la tarde, se presentó en la planta 1 de Vassalli e «intentó romper la huelga» que vienen llevando adelante los trabajadores, de acuerdo a la interpretación de los empleados, «ofreciéndoles 2.000 pesos a cada uno por día trabajado».
Más allá del gran malestar que generó la situación, los trabajadores les comunicaron la negativa a ese ofrecimiento patronal. Posteriormente y ante el rechazo, Girolami se trasladó a la planta número 2 en donde uno de los jefes de sección lo increpó e insultó y enseguida el resto de los trabajadores presentes reaccionaron de la misma manera y debió retirarse de dicha planta en medio de empujones.