Por estas horas la salud de Diego Armando Maradona preocupa demasiado al mundo del fútbol y al entorno íntimo tras conocerse la noticia que al astro argentino será intervenido quirúrgicamente por presentar una hematoma subdural (coágulo cerebral).
Fernando Signorini, preparador físico y hombre que estuvo muy ligado al actual técnico de Gimnasia en su etapa como jugador primero y luego compañero de cuerpo técnico en el Mundial de Sudáfrica 2010, dialogó este martes en el Deportivo Rosarino por Radio Mitre Rosario y contó sus sensaciones al enterarse
«Por un lado estoy con mucha angustia y tristeza, y por otro lado todo esto no me sorprende porque el otro día cuando fue su cumpleaños era de esperarse, no quiere decir alguna palabra que no corresponde pero esto debió haber pasado mucho tiempo antes como cuando era jugador, con cuestiones que tiene que ver con desintoxicar su organismo mediante una internación que necesita toda persona que es como Diego», deslizó.
Cuando fue consultado por la relación que conserva con el Diez, Signorini mencionó una frase literaria conocida: «‘La amistad no necesita de la frecuencia como dice Borges, ‘pero el amor sí’, y mi relación con Diego fue siempre muy buena, sabe que estoy cuando me necesita y no hace falta vernos todos los días para demostrar el cariño que le tengo».
Sobre el círculo más cercano del astro, el ex integrante del cuerpo técnico de la Selección aclaró: «No conozco el entorno de Diego pero sería injusto que yo opine, cada uno está con la gente que se sienta bien y no puedo hablar por rumores de los medios. Cuando yo trabajé con él una de las personas cercanas era Jorge Cyterszpiler y después Guillermo Cóppola. Diego aún jugaba al fútbol, tenía su problema de adicción pero hoy creo que es totalmente distinto».
Por último, el Profe resaltó el mejor momento en la carrera de Maradona y en qué momento comienza con sus problemas extrafutbolísticos que lo llevaron a tener más de un dolor de cabeza en su vida personal: «Desde su llegada a Barcelona, donde ahí lo conocí hasta su paso por Nápoli en la temporada 1986/1987 donde además logra el campeonato del mundo con la Selección Argentina. Creo que ahí estuvo en la cima de su rendimiento, y a partir de allí, comenzó a hacer mella en sus problemas de adicción y cambió la conducta de todo».
