El shock térmico es un tratamiento estético que ha ganado popularidad en los últimos años. Se trata de una técnica que busca disolver y movilizar las grasas localizadas mediante los efectos del calor.
Para lograr el objetivo los especialistas recomiendan aplicar geles térmicos reductores en la zona y dejarlos actuar con un papel film durante al menos diez minutos para luego seguir trabajando la zona.
A diferencia de otros tratamientos, se combinan varios procedimientos para lograr mejores resultados. Es un procedimiento ideal para aquellas personas que no concurren con frecuencia a realizarse varias sesiones y disponen de poco tiempo.
¿En qué zonas puede hacerse?
Todas aquellas zonas donde haya adiposidad localizada como:
- Pantalón de montar.
- Entrepiernas.
- Abdomen.
- Flancos.
- Subglúteos.
La combinación de técnicas
Luego de aplicar el gel térmico se debe retirar el excedente con papel.
Las especialistas recomiendan aplicar otros activos reductores mediante la electroporación o mesoterapia virtual. Es un tipo de aparatología que permite que la piel absorba con mayor profundidad los productos que se colocan.
A continuación, recomiendan acudir a la radiofrecuencia durante al menos 15 minutos. Se trata de otra aparatología que regenera el colágeno y elastina de la piel a través del calor. Es decir, que además de modelar la zona permite trabajar la flacidez.
Y finalmente, las especialistas agregan la utilización del ultrasonido en forma continua y al máximo con el fin de continuar la movilización del tejido adiposo.
Si bien pueden agregarse otros procedimientos como masajes, maderoterapia o drenaje linfático, la combinación de tres aparatologías logra muy buenos resultados.
¿Qué podemos hacer en casa?
- Actividad física y una dieta hipocalórica.
- Tomar abundante agua.
- Utilizar una crema con activos reductores después de la ducha.
- Evitar dulces, alcohol y sal en las comidas.