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jueves 18 de abril del 2024

Semana de la Lactancia Materna

La lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables. Prácticamente todas las mujeres pueden amamantar, siempre que dispongan de buena información y del apoyo de su familia y del sistema de atención de salud.

La  Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva durante seis meses, la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más.

Por su parte, el Ministerio de Salud de la Nación afirma que “la lactancia materna favorece y fortalece la relación de afecto entre la mamá y el bebé y contribuye al desarrollo de niños capaces, seguros y emocionalmente estables. El bebé debe estar en contacto con el pecho de su madre al nacer y debe ser amamantado dentro de la primera hora de vida. A través de su leche, la mamá le transmite al bebé anticuerpos que lo protege contra las enfermedades más comunes hasta que sea capaz de formar sus propias defensas”.

El Ministerio de Salud de La Nación agrega que “no hay que esperar que el bebé llore para amantarlo, el niño lo indicará chupándose el dedo o moviéndose mucho. Para que la mamá pueda producir la leche que su bebé necesita, el niño debe ser amamantado con frecuencia”.

Si la mamá tiene que separarse de su hijo puede continuar con la lactancia. Para ello puede extraerse manualmente su leche y conservarla en un recipiente limpio y tapado. Es necesario entibiarla siempre a baño maría y nunca hervirla ni calentarla en microondas para que no pierda sus propiedades”.

¿Cómo se puede favorecer la lactancia?

Para amamantar, la mamá debe estar motivada y tranquila; y el bebé, sostenido y seguro.

Hay distintas posiciones para amamantar, es conveniente variar las posiciones para prevenir dificultades.

Cualquiera sea la posición, siempre es conveniente:

– Que la mamá esté cómoda.

– Con la espalda apoyada.

– Que el bebé sea llevado al pecho de la madre, y no el pecho al bebé.

– Que la cabeza y el cuerpo del bebé estén alineados con el abdomen de su mamá («panza con panza»); que no estén curvados ni «enrollados».

– Que la cara del bebé esté frente al pecho de la mamá, y su nariz contra el pezón, mirando a la madre.

– Que todo el cuerpo del bebé quede sostenido en el regazo materno (y no sólo la cabeza o las nalgas).

– Es importante mirar al bebé a los ojos. A través de la mirada se intercambia afecto.