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jueves 28 de marzo del 2024

Según un especialista, detrás de cada captura de un pederasta existen veinte redes de pedofilia

Contra la idea de que la tenencia o el consumo de pornografía infantil supone una actitud «pasiva», la realidad indica todo lo contrario: solo participan de los núcleos que comparten ese tipo de información aberrante quienes producen material «original». Dentro de ese paradigma parece quedar inscripto, según los primeros indicios surgidos en la investigación que eclosionó ayer, el médico pediatra detenido en el Hospital Garrahan, acusado de producir y distribuir imágenes de contenido sexual o erótico con menores.

Así lo explicó en la mañana de este sábado, en el programa No va más que se emite por Radio Mitre Rosario, el doctor Enrique de Rosa Alabaster, neurólogo, psiquiatra y psicoterapeuta especializado en Neurociencias y Terapias Cognitivas, y fundador y presidente de la Asociación Argentina de Victimología.

En principio, dijo el especialista, que la fiscalía de la Doctora Daniela Dupuy recibe constantemente direcciones IP de lugares donde se producen movimientos anormales, en relación a algún delito. Y desde noviembre del año pasado ya se habían verificado algunas, también hicieron la captura de material y detectaron el domicilio de este médico. “La noticia no sorprendió al área forense, porque estas redes son cada vez más grandes”, explicó de Rosa.

Según el psiquiatra forense, la pedofilia en sí misma es una estructura que, mientras quien la practica no tenga un pasaje al acto, se denomina perversión o desviación, en la que hay una predominancia de gusto por los menores, pero el gran problema es cuando hay un pasaje al acto y se transforma en una realización concreta de esa fantasía, “eso sucedió en estos casos y serán paradigmáticos”.

“La estructura de la organización parece una trama de película y eso lo vuelve mucho más grave a nivel moral y legal. Para entender un poco mejor la lógica de estos casos, se debe entender la estructura mental de la pedofilia”, argumentó.

Para de Rosa, hay un concepto que es crucial y sucede como en las sectas: la captación de la voluntad. “Cuando una persona tiene una predominancia usa la fractura psíquica, con las debilidades o vulnerabilidades de otro ser. Esa persona se moviliza con su cárcel a cuestas. Es decir, no necesita estar bajo la impronta pacífica del encadenado, sino que las cadenas son mucho más profundas”, sustentó su concepto.

Por otro lado, de Rosa manifestó que el gran problema de las sectas coercitivas o de captación de voluntades, es que “esa gente no ve la manera de salir de la red”. En el caso del médico, “puede verse como él también usa la vulnerabilidad de la víctima (paciente menor de edad) y busca aprovecharse de ese desbalance de fuerza”.

Los casos de pornografía infantil, son un fenómeno de Internet exclusivamente y hay una actividad internacional mucho más grande.  “Hay muchas capturas, pero a la vez hay cada vez más redes. Por cada captura se arman 20 redes y en paralelo va creciendo mundialmente la demanda por el consumo del material pedófilo”, expuso al finalizar.