El próximo lunes 2 de diciembre desde las 19, se llevará a cabo en La Casa del Tango de Rosario un encuentro de las organizaciones que conforman la red local de alfabetización, en el cuál estarán presentes los alfabetizadores voluntarios y las personas que se están alfabetizando. 

“Es un espacio para poder juntarse y estar juntos en momentos complicados. Muchas de estas personas atraviesan grandes dificultades para manejarse en la vida y nos parece que esto es una buena oportunidad”, señaló Lucas de la Torre, subsecretario de Fortalecimiento Institucional y Sociocultural de Rosario, en diálogo con el programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario.

El funcionario se refirió al plan de alfabetización integral que la Municipalidad retomó a comienzos de este año, con el fin de complementar los programas provinciales que trabajan, sobre todo, con las infancias. En este sentido, explicó: "Entendíamos que podíamos complementar un trabajo en la ciudad apuntando a jóvenes mayores de 14 años y adultos que no estén alfabetizados".

De la Torre hizo hincapié en que esta necesidad de alfabetizar en edades más allá de la niñez, surgió de la observación de situaciones donde las personas atravesaban ciertas dificultades para manejarse en la vida cotidiana. “Cada vez nos encontramos con mayores problemáticas vinculadas, por ejemplo, a información de nuestro centro de salud y hospitales municipales, que nos decían que había personas que se atendían allí y no podían leer la receta o las indicaciones que los médicos les entregaban”, afirmó.

En este aspecto, el funcionario destacó el crecimiento de los espacios de alfabetización en Rosario. "Hoy estamos casi en 60 espacios en toda la ciudad, cuando a principios de año había menos de 10", remarcó. 

Asimismo, el subsecretario de Fortalecimiento Institucional y Sociocultural hizo referencia al impacto directo que este proyecto tiene sobre las personas que participan. “Cambia plenamente su vida. Pocas cosas son tan transformadoras en la vida de una persona como la posibilidad de codificar las palabras”, aseveró.

En esa misma línea, agregó: “Una de las experiencias que tuvimos en los espacios es que nos decían, por ejemplo, ‘yo quiero aprender a leer y escribir porque no sé qué es lo que mi jefe me paga’ o también el hecho de poder comunicarse con los hijos de otra manera, mejorar la situación laboral o vincularse de otra manera con otras personas. Es realmente transformador”.

De la Torre señaló que estos espacios funcionan no solo en centros educativos, sino también en lugares muy diversos como, por ejemplo, cooperativas de trabajadores, el Mercados de Productores o iglesias evangélicas. “En algunos casos el objetivo es que puedan reescolarizarse, en otros simplemente sumar herramientas para poder manejarse mejor en la vida”, manifestó.