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jueves 16 de mayo del 2024

Se produce un ACV cada 9 minutos y es la primera causa de discapacidad neurológica permanente en personas adultas

Vale señalar que entre las secuelas se encuentra la espasticidad, un aumento intenso e involuntario del tono muscular. Cómo tratarla.

Se estima que, en la Argentina, se produce un accidente cerebrovascular (ACV) cada 9 minutos y constituye la primera causa de discapacidad neurológica permanente en las personas adultas. Las secuelas son varias y cada una requiere un tratamiento específico, pero tratarlas de forma temprana permite evitar la discapacidad a largo plazo.

“Un ACV cada 9 minutos proviene de estadísticas hechas en Argentina. A nivel mundial el accidente cerebrovascular está entre la tercera o cuarta muerte entre las personas mayores de 50 años. Y es la primera causa de discapacidad neurológica en el país y en muchos lugares del mundo”, expresó, al aire del programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario, el Dr. Guillermo Rafe, médico fisiatra, miembro de la Sociedad Argentina de Medicina Física y Rehabilitación.

Respecto a las secuelas, el especialista detalló: “En general la gente tiene visto a quien padeció un ACV por la forma de caminar o la manera en que lleva el brazo, que suele tenerlo friccionado. Esas son las secuelas motoras, pero el espectro de secuelas que deja el ACV es bastante más amplio”.

“A veces no deja secuelas motoras -continuó- sino por ejemplo la dificultad para hablar, es decir, expresar el lenguaje a pesar que lo pueda pensar, que se llama afasia; dificultad para tragar, que obliga a asistir al paciente a ser intervenido para poder nutrirlo; dificultades perceptivas ya que se puede perder la mitad del campo visual, sobre todo en las hemiplejías que son del lado izquierdo. A veces se pierde el control de los esfínteres, aunque por lo general es raro que haya una sola de estas manifestaciones, y suelen estar combinadas de diferentes maneras, dependiendo del lugar donde se produce la lesión”.

En efecto, una de ellas es la espasticidad, un aumento intenso e involuntario del tono muscular. Se estima que entre el 20 y el 30 por ciento de las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular (ACV) pueden desarrollarla.

“Si bien parece que el 20% no parece ser mucho, es tanta la cantidad de ACV, que se vuelve bastante relevante el manejo adecuado de este trastorno motor. Hicimos un estudio en Rosario en Pami II, que tenía la ventaja de ser una población cerrada con lo cual podíamos calcular bien la incidencia del accidente cerebrovascular”, comentó el Dr, Rafe.

En tanto, el especialista se refirió a los factores de riesgo que pueden desencadenar un ACV: “La gente conoce los factores de riesgo cardiovasculares, que tienen que ver con el infarto de corazón, pero resulta que el infarto cerebral comparte la mayoría de esos factores de riesgo, como el hábito de fumar, comer con excesiva cantidad de sal, la obesidad, el sedentarismo, la diabetes y el estrés crónico”.

Y enfatizó que “una persona que ya sufrió un ACV, y les han quedado pocas secuelas, debe que prestar mayor atención a estos factores de riesgo, para que no vuelva a repetirse”.

En la previa,” una situación como la dificultad para hablar, que se duerma la mitad del cuerpo, o la cara y un brazo, son motivos para consultar con urgencia, igual si se tiene mucha dificultad para caminar o moverse. Lo mismo ante un dolor de cabeza súbito y muy intenso, eso también es motivo de consulta a un centro de urgencias. También, ante la pérdida de la consciencia, que no es lo más frecuente, pero puede ocurrir, o una somnolencia excesiva en alguien que habitualmente no está de esa manera”, sostuvo el médico fisiatra.

Tras un ACV, lo primero que debe hacer un paciente es recibir atención de manera inmediata para poder reconocer y evaluar el cuadro. En la etapa de la urgencia en la que el paciente arriba al centro de salud, es atendido por el médico de terapia intensiva y el neurólogo.

“Hay un concepto, que se tiene en cuenta en los traumatismos de cráneo, la hora de oro, es decir, la primera hora después de que ocurre un evento de lesión en el cerebro. Y es muy importante porque dentro de la primera hora cuando se tiene un ACV isquémico, cuando se tapa una arteria, llegar a un centro de salud con un tomógrafo y ciertas drogas puede llegar a revertir la instalación del accidente cerebrovascular porque hay medicación que puede llegar a disolver el coágulo que tapa la arteria”, expresó Dr. Rafe.

Finalmente, dio cuenta de los tratamientos de las secuelas motoras: “Cuando el problema es la debilidad muscular, hay que estimular para que aparezca el movimiento, en el caso espasticidad, que es lo contrario, el aumento excesivo del tono, hay comprimidos que puedan dar por boca a través de relajantes musculares. Pero en el caso del ACV cobra relevancia la toxina botulínica, que se fabrica a partir de la síntesis de una bacteria y se puede inyectar en los músculos produciendo una regulación del tono que permita mover una parte del cuerpo y utilizarla”.