Rosario, una historia de enfermedades: cuáles fueron las pestes más feroces que atravesaron a la ciudad
Italia sufre una de sus peores crisis de los últimos añosa causa del coronavirus. El primer ministro de italiano, Giuseppe Conte, en una conferencia de prensa el lunes dijo: “Todas las medidas de las zonas rojas ahora se extiende a todo el territorio nacional”.
Esta situación de aislamiento se repitió en el mundo muchas veces a lo largo de la historia. En este caso, Rosario no fue la excepción en su pasado. Uno de los casos comparables fue a mediados y finales del Siglo XIX, cuando nuestra ciudad fue considerada una de las más antihigiénicas del planeta lo que provocaba gran cantidad de decesos anuales a causa de enfermedades infectocontagiosas como el cólera.
Estos casos fueron atribuidos al hacinamiento en habitaciones malsanas, a la falta de una red proveedora de agua corriente y de un sistema eficaz de eliminación de aguas servidas. La cuestión sanitaria preocupó siempre a las autoridades y a la población, pero las epidemias de cólera que asolaron Rosario en los veranos de 1867-68, 1886-87 y 1894-95 y la de peste bubónica de enero de 1900, llevaron la preocupación al paroxismo: se extendió el miedo al contagio y a la muerte, agravado por la angustia que provocaba la paralización del movimiento portuario dispuesta por las autoridades sanitarias de la Nación, cuenta el blog Rosarioyzona.
Las víctimas fatales de la primera epidemia de cólera fueron estimadas en 420; las de la segunda en 1.156 y las de la última del siglo en 452. La de 1867-68 fue transportada por uno de los barcos que participaba de la guerra que Argentina, Brasil y Uruguay mantenían contra Paraguay. Las otras dos llegaron igualmente por barco y se propagaron en las sobre pobladas habitaciones sin cloacas ni agua corriente de los barrios obreros.
Por esta situación acuciante se llegó a temer por la paralización del puerto, motor económico fundamental de la ciudad por aquellos tiempos. Entonces fue la decisión política fuerte la que puso manos en el asunto para poner en marcha obras de saneamiento como redes de agua corriente y cloacas, más la creación de instituciones como la Oficina de Higiene (1887), que luego se transformó en la Asistencia Pública Municipal (1890).
Otro episodio sanitario que marcó a fuego la historia de la ciudad fue la aparición de una gran epidemia de peste bubónica en 1900. Esta tuvo como foco infeccioso principal al puerto de la ciudad a través de las bolsas de cereal que juntaban gran cantidad de roedores, portadores de una pulga transmisora de la enfermedad. Los muertos no alcanzaron el medio centenar, pero el impacto social fue mayor que el causado por las epidemias de cólera.
Para no aventar la alarma, a semanas de haberse presentado en el Parlamento de la Nación el proyecto para la construcción del Puerto Moderno, las municipales y los sectores vinculados al comercio y a la exportación iniciaron una drástica campaña de higienización antes incluso de declararse oficialmente la existencia de una epidemia. La denuncia de un diario de Buenos Aires provocó que las autoridades nacionales establecieran un cordón sanitario y profundizaran la campaña de higienización, explica Rosarioyzona.
Las medidas gubernamentales apuntaron principalmente a los conglomerados obreros de las afueras rosarinas, cuyos habitantes fueron despojados de sus propiedades, además de ser sometidos a baños compulsivos, para después destruir las ranchadas.
Particulares e instituciones corporativas que se expresaron a través de la prensa pusieron en duda la existencia de la peste, interpretando la medida como un ataque al puerto rosarino perpetrado por los defensores del puerto de Buenos Aires y atacando frontalmente a las autoridades sanitarias, los funcionarios públicos y los médicos que decretaron la epidemia.
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