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jueves 25 de abril del 2024

Rompió el maleficio: Central le ganó a River en el Monumental tras 22 años

Con gol de Gamba, el equipo de Diego Cocca venció 1-0 al Millonario, cosechó su segundo triunfo consecutivo y cortó la extensa racha.

Rosario Central hizo trizas ese récord negativo de 22 años sin alegrías en el Monumental tras vencer a River por 1 a 0, logrando otra cuota de oxígeno clave en su pelea primitiva por la permanencia. El único tanto lo señaló Lucas Gamba, en su segunda conquista con la camiseta Canalla.

Los Canallas se defendieron con uñas y dientes en un desarrollo que nunca lo favoreció, sosteniendo sus banderas combativas aún con sólo una tenencia de pelota del 30 por ciento y apelando a eso que tanto se reclamaban los auriazules: la efectividad.

El primer tiempo fue patrimonio del conjunto Millonario, con ratos de altísimo nivel, dinámica y presión asfixiante en la misma salida de los rosarinos que debían apelar al ingenio para tratar de frenar un verdadero aluvión sin pausa que porponían los de Gallardo.

Un disparo de Pinola, dos corridas de Matías Suárez y una mala definición de Nicolás De La Cruz ante el achique de Ledesma fueron algunos llamados de atención para un conjunto auriazul que intentaba no perder la compostura aún siendo superado por el rival, rival que casi no le compartía la tenencia.

En el arranque del complemento se produciría el quiebre. Una mala salida de Martínez Quarta, con bastante de suficiencia y sostenido por la presión compartida de Gamba y Gil, le permitieron al ex Huracán quedar cara a cara con Armani y con poco ángulo la colocó junto al caño derecha del casildense.

Con la ventaja consumada, los de Cocca se aplicaron aún mas a la tarea defensiva, situación que lo obligó a sostener los embates de River con una verdadera muralla amarilla en la misma puerta del área. Los minutos se fueron consumando y los locales, que a esa altura habían apelado a todos los recursos posibles para perforar por diferentes lugares del campo, ingresaron en la lógica desesperación del segundero.

Los últimos minutos ratificaron en los Canallas el muy buen comportamiento desde la mitad de cancha hacia atrás y dejaron alguna puerta abierta para poder herir de contra o generar alguna falta que los saque del asedio. El pitazo de Echenique premió el esfuerzo, el sacrificio por disimular la categoría de River y un enorme corazón para sostener una diferencia que traía consigo una buena dosis de oxígeno para un momento clave de torneo.