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martes 23 de abril del 2024

Romina Vitale y el drama de vivir con TOC severo: “No es fácil hablar del tema, pero es muy necesario”

Había ganado un Premio Gardel como cantante cuando se produjo el quiebre. Ahora cuenta en TikTok su recuperación.

El quiebre sucedió hace más de 10 años, “casi de la noche a la mañana”. Romina -que en ese entonces tenía 32, era una cantante en ascenso y hasta había ganado un Premio Gardel- terminó encerrada sola en el baño de su casa.

“Hace muchos años que estoy en el mundo de la música, tengo tres discos editados y en el último largo tiempo a partir la situación del TOC empecé a encontrar un refugio muy importante que es contar mi historia en redes. Y además escribir sobre mi vida con TOC, publique un libro que se llama “TOCada” y “Trastocada” es el segundo libro. En medio de todo esto, en las redes es donde más recibo apoyo y acompaño de alguna manera a otras personas que están pasando por lo mismo”, expresó, al aire del programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario, Romina Vitale.

Respecto al TOC, señaló: “Es uno sólo, con distintas manifestaciones sintomáticas, pero es uno, que es importante señalar porque ayuda mucho a entender el diagnóstico y no confundirlo con otras cosas. No todas las personas que realizan que chequean un poco, por ejemplo, prender y apagar la luz, tienen TOC, es más, la mayoría no lo tiene. Para tener TOC hay que estar compulsionando una buena cantidad de horas del día, sentir y percibir importantes niveles de ansiedad o angustia, y además el TOC empieza a interferir en la vida cotidiana, como la escuela, el trabajo, los vínculos”.

Por ejemplo, “la gente conoce lavarse las manos, pero es mucho más que eso, ya que pueden ser 7 horas al dia entrando y saliendo de la ducha, tener la casa hecha un caos, porque por lo general la gente con TOC por contaminación no son particularmente limpias, sino que tienen una manera particular de contactarse con los objetos relacionada con el miedo a la contaminación, y puede tener una habitación llena de papeles en el piso porque la persona no los puede tocar”, agregó.

El quiebre

En cuanto a su historia de vida, comentó: “Tengo varios subtipos, porque en los casos de TOC severo se mezclan, no hay uno solo, tengo TOC de contaminación, de pensamientos mágicos, de chequeos, tengo muchos. Fue de un día para otro, hace unos 10 años, me desperté y empecé a darme cuenta de que tenía miedo irracional a cosas como un vaso, salir a la calle, que me cayeran metales pesados del cielo y me contaminaran, sentir que el pantalón era malvado, que si tomaba un vaso de agua le iban a pasar cosas malas a mi familia”.

“No entendía por qué me estaba pasando todo eso -continuó-, lo intenté trabajar con mi analista en ese momento, que no me pudo ayudar, y cada vez mi mundo se iba achicando por que tenía que realizar rituales supersticiosos de volver para atrás y adelante, tardando hasta 40 minutos en hacer una cuadra. Y así un montón de síntomas porque el TOC es muy heterogéneo, empecé a bajar de peso porque no quería comer, me costaba mucho cocinar porque hacía rituales de superstición sacando y poniendo el agua muchas veces”.

La salida

“Hasta que, desde la desesperación más grande, con mi familia y mis amigos llegamos a la Fundación Aiglé, que se dedica entre otras cosas al tratamiento específico del TOC y ahí arribo a un diagnóstico en donde queda absolutamente claro que TOC severo y a partir de ese momento y empiezo mi primer tratamiento”, remarcó Romina sobre la búsqueda de una saldia.

“Yo soy una mujer que estuvo muchas veces en escenarios y fue fácil contarlo porque para mí es fácil contar cualquiera cosa. Pero hay mucha gente a la que lamentablemente el estigma que gira en torno a la salud mental genera miedo a contarlo y ocultarse. Muchas veces tiene un costo psíquico muy alto, primero porque no podés pedir ayuda y acompañamiento y segundo por la sensación de estar sola en un mundo que parece que nadie más te contacte, cuando en realidad hay mucha gente que está viviendo lo mismo”, dijo.

Y remarcó: “Siempre recomiendo que puedan contar su historia, así sea a una persona o a dos, que lo compartan aunque parezca vergonzoso o por creer que podemos perder nuestro trabajo. No es fácil hablar del tema, pero es muy necesario”.

Sobre si existe predisposición o cómo se desencadena, Romina Vitale indicó: “Para tener TOC hay que tener cierta vulnerabilidad neurobiológica al TOC, es decir, tiene que haber algún correlato del orden biológico. El trauma o las situaciones estresantes de la vida pueden precipitar los síntomas”.

“Cuando tengo mi diagnóstico empiezo a hacer una relectura de toda mi vida, esto es de ahora o cómo es, y me empiezo a dar cuenta que por ejemplo tuve un vínculo tóxico con una persona mala que era muy violento y en ese momento yo tenía muchos síntomas de TOC. Yo creía que el vínculo era horrible, pero la manera en la que yo reaccioné ante esa hostilidad de parte de él fue con síntomas de TOC, pero en ese momento no lo sabía”, ejemplificó.

¿Se cura?

“No, es crónico, va por oleadas, es una neurodivergencia, la tenemos que reconocer como tal y trabajar en reducir los síntomas para tener una vida más placentera, que se puede lograr con la terapia adecuada”, concluyó.