La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, renunció a su cargo este miércoles luego de que en las últimas semanas se haya visto envuelta en un escándalo por estudios de maestría que no pudo probar y la divulgación de un video que probaría que en 2011 robó productos en un supermercado.
Cifuentes anunció su decisión en una conferencia de prensa y dijo que es meditada y que pensaba hacerla pública el día 2 de mayo, aunque la ha adelantado tras la difusión, este martes, de un video sobre el hurto en un supermercado, que calificó de un «error involuntario».
Sobre Cifuentes, además, pesa una moción de censura convocada por la oposición para relevarla del cargo, que debía tramitarse a primeros de mayo, y algunos de sus propios compañeros del gobernante Partido Popular (centroderecha) la habían criticado por su actitud.
Sin embargo Cifuentes también denunció una «campaña de acoso y derribo» en su contra. «Me voy con la cabeza muy alta, con un sentimiento amargo desde el punto de vista personal. Me voy orgullosa», insistió.
La ex presidenta regional se encontraba bajo enorme presión desde principios de mes luego de que trascendieran en los medios españoles las sospechas de que habría obtenido una maestría en Derecho Público por la Universidad Rey Juan Carlos de manera fraudulenta.
En concreto, se acusaba a Cifuentes de no haber cursado y ni aprobado los exámenes correspondientes, y de haber aportado firmas falsificadas para acreditar el cumplimiento de esos requisitos.
En consecuencia la política del PP renunció la semana pasada a seguir usando su título de máster, aunque también intentó cargar la responsabilidad en la misma universidad.
Pero el punto final llegó este miércoles con la revelación de un video grabado en 2011 en el que la entonces diputada madrileña y vicepresidente de esa cámara es increpada por el guardia de seguridad de un supermercado por el robo de dos tarros de crema antiedad.
Según información obtenida por el periódico OKdiario, una empleada observó cómo Cifuentes guardaba los productos en su bolso y entonces advirtió a la seguridad del local de Eroski, que la retuvo.
Durante 45 minutos la diputada primero negó haber robado, luego alegó que había traída ella misma los productos al local y finalmente reconoció haberlos tomado.
Cuando advirtieron que se trataba de una figura pública, sin embargo, la dejaron en libertad, aunque debió abonar los 40 euros que costaban ambos tarros de crema.
Con información de EFE y AFP
