Para Martín, sobreviviente del Holocausto, visitar la muestra que ofrece el Teatro Tronador es revivir cosas que, en parte, habían sido olvidadas. “Me quedan recuerdos, pero no son de lo peor que había, no pasé por eso”, dice.
En diálogo con El Marplatense, todavía intenta entender cómo fue posible que no corriera el mismo destino que otros millones de judíos. “Puede ser porque soy hijo de un matrimonio mixto entre un judío checoslovaco y una madre alemana cristiana”, comentó, y agregó: “Mi madre cristiana podría haber frenado mi destino”.
Acerca de su niñez, recordó las prohibiciones a las que él y su padre debieron enfrentarse en la entonces Checoslovaquia. “Nos trasladaron al campo nazi de distribución en Theresienstadt y allí estuve un año entero, el último año de la guerra”, manifestó, pensando que quizá la brevedad temporal fue lo que también ayudó a que no fuera transportado a otro campo de exterminio. “Gracias a dios pude sobrevivir”, dice.
Sobre la muestra en sí, Martín se mostró agradecido. “Creo que es importante que esté esto como recuerdo y advertencia, no para pasarnos el día llorando, sino para darnos esperanzas de que, a pesar de que estamos siempre bajo peligro de situaciones de odio y persecuciones, también estamos a disposición de ayudarnos los unos a los otros y de buscar comprensión con vecinos y con gente que tiene otras ideas”, concluyó.
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