En marzo comenzará a regir la nueva ley de movilidad jubilatoria, que representa un aumento del 8,07 por ciento en los haberes de los adultos mayores, por lo que el mínimo de 19.035 pesos pasará a 20.571. Además, para el mes que viene también habrá un bono, aunque aún no se conoce el monto del mismo.
Pese al incremento, no se alcanza a equiparar la inflación para el primer trimestre del 2021, que rondaría el 11 por ciento. Es por ello que se produjo un fuerte rechazo entre los jubilados al enterarse la noticia. “En realidad pasó lo inexorable y tal vez los legisladores y la titular de ANSES debieran pedirle disculpas a los jubilados, porque sostenían que con esta fórmula iba a haber recomposición de haberes. Esto ratifica que la fórmula pierde respecto a la inflación notoriamente”, aseguró Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad.
Durante una entrevista con el programa El Puente de Radio Mitre Rosario, señaló: “Se plantea un bono que no se sabe cuánto es. Son parciales, el derecho al reajuste no es solo de los de la mínima, sino de todos. Esto es ratificar que la política de seguridad social es siempre la misma que rigió durante 2017, 2018, 2019, 2020 y ahora, que es que los jubilados cada vez pierden más plata respecto al poder adquisitivo de su haber”.
Con respecto a lo que representa este aumento, Semino explicó: “Sobre haberes de 19.000 pesos para hablar de las mínimas, con el 8 por ciento de aumento llegarán a 20.500 pesos en marzo. Si se da el bono, tal vez sean 1.000 pesos más, pero es por única vez el bono. ¿Quién puede vivir con 20.000 pesos en Argentina?”.
“La clase política argentina tiene un nivel de desprecio real hacia los adultos mayores, salvo en lo discursivo, ya que ahora dicen adultos mayores en lugar de viejos, se piensan que con eso no discriminan”, remarcó el representante de esta franje etaria y agregó: “Acá se dio vuelta el dicho y trapos pasaron a ser los viejos, porque realmente es tan grande el maltrato. Ahora estamos hablando de plata, pero es la plata, es la vacuna, es la atención. Y es transversal a los gobiernos, habla sobre que no les importa, pero también sobre una clase política muy atrasada, de un mundo que ya no existe”.
