Comer natural es elegir comida densa en nutrientes en lugar de comer alimentos procesados densos en energía.
¿Cuál es la diferencia entre ambos?
La comida densa en nutrientes aporta fibra, vitaminas, minerales, poca azúcar, no tiene grasa añadida, mientras que la comida densa en energía aporta muchas calorías vacías que no suman valor agregado al cuerpo.
Una comida natural sin procesar idealmente es una comida con un solo ingrediente: manzana, pollo, avena, almendras… Un solo nombre, un solo componente.
Estos alimentos ayudan a controlar la glucosa en sangre, ayudan a controlar mejor el peso y la grasa corporal, previenen la diabetes, bajan el colesterol, ayudan a controlar el apetito, etc.
Las características de los procesados
Los alimentos procesados tienen intervención humana: poseen menos fibra, generalmente poseen azúcar y grasas malas para mejorar los sabores, y utilizan ingredientes económicos para mejorar la rentabilidad del producto y muchas veces son de baja calidad.
Los alimentos procesados están cargados de químicos y conservantes para que el producto dure más, lo que afecta el ambiente químico/de nuestro cuerpo de manera negativa. También poseen aditivos que han sido científicamente desarrollados para incrementar las ganas de comer.
¿Por qué? Porque las personas así consumen más el producto, mientras que las compañías ganan más dinero, generalmente creando marketing saludable falso y engañoso.
Muchos fabricantes de alimentos están comenzando a llegar a los límites legales de lo que se considera real y lo que no, generando publicidad engañosa, disfrazando alimentos no tan buenos con palabras que confunden como: natural, alto en vitaminas, antioxidantes, o colocan “bajo en grasas”, “light” “orgánico”.
La comida procesada es comida procesada aunque sea con ingredientes orgánicos, la harina refinada puede ser orgánica, el azúcar puede ser azúcar de caña orgánica, sigue siendo azúcar y sigue disparando niveles de insulina.
Cómo ya vimos antes, cuando le bajan la grasa a un producto, vendiéndolo como «bajo en grasas», lo incrementan en azúcar para no desmejorar el sabor. Y cuando un producto dice “light” solamente significa que tiene 30% menos calorías que la versión original, pero no significa que sea libre de azúcar o grasa, o que sea bueno.
Los fabricantes de alimentos tienen bastante libertad para colocar lo que quieran en el frente de los envases/empaques de alimentos, pero en lo que respecta la etiqueta de los alimentos en la parte de atrás.
La importancia de leer las etiquetas
Siempre que se consume un alimento procesado, es importante dar vuelta el paquete y leer la etiqueta nutricional.
Al buscar la lista de ingredientes, se observa que siempre están ordenados por peso de mayor a menor. Si el primer ingrediente en un producto es harina o azúcar (en muchos de sus nombres: sacarosa, glucosa, glucosa, fructosa, jarabe de maíz, etc) el producto seguramente no sea tan bueno. Y siempre hay que fijarse en los gramos de azúcar que contiene, que tenga un solo dígito en gramos y no dos.
El cuerpo quema significativamente más calorías en digerir los alimentos enteros/naturales que los alimentos procesados (casi el doble).
Por todo esto es de suma importancia llevar un balance. Se debe intentar que el 85 al 90% de lo que se consume sea este tipo de alimentos, de esta forma se puede garantizar que la mayoría de las cosas que se consumen son sanas y eso va a ayudar a mejorar la composición corporal y salud en general.
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