Franco Armani es el hombre del momento. Sigue acumulando tapas de diarios y suma elogios cada vez más importantes, siempre como la cara visible de los recientes triunfos de River. En la cuenta regresiva hacia Rusia, la pregunta clave la tendrá que responder Sampaoli, quien parece estar acorralado entre lo que dijo, lo que piensa y lo que puede llegar a hacer.
Nadie duda ni discute que se trata del mejor arquero del fútbol argentino. En poco tiempo ya es ídolo de los hinchas millonarios producto de la seguridad y la confianza que transmite. Atajó 10 partidos en Superliga y recibió 6 goles, manteniendo en 4 la valla invicta, mientras que por Copa fue titular en las tres presentaciones del equipo de Gallardo y sólo le anotaron dos goles en el debut frente a Flamengo.
Figura en cada triunfo millonario, hace gala del perfil bajo que no condice con todo lo que se habla de él. No sólo se trata de salvadas a puro reflejos o la jerarquía que demuestra al achicar el arco con un temple de acero, siempre con gran colocación y timming, sino que lo más destacado de Armani está en la serenidad que transmite. Ocupa el puesto más peligroso y nunca pierde la tranquilidad, generando confianza en compañeros, cuerpo técnico e hinchas.
Este jueves volvió a ser figura en el triunfo de River frente a Emelec. Como ya es moneda corriente, los medios gráficos y digitales resaltan su tarea y no escatiman en elogios.
- «Las 11 atajadas de Franco Armani en River que lo acercan a la Selección», Infobae.
- «Otra noche decisiva de Franco Armani», La Nación.
- «El 1×1 de River en Guayaquil, con un Franco Armani de Selección», Olé.
- «Armani, otra vez clave», TyC Sports.
El nombre de Armani hace rato que viene emparentado con la Selección Argentina. Lo que arrancó como un burdo y alevoso lobby para «meterlo» en Rusia, ahora tiene un fuerte correlato con las magnificas actuaciones en los últimos dos meses. Primero el poder mediático lo pidió y después el arquero confirmó en la cancha que, por lo menos, merece estar en consideración.
Sin embargo, no todo es tan sencillo ya que entra en juego el otro protagonista de esta historia. Jorge Sampaoli se encuentra en un lugar definitivamente incómodo. Cualquier decisión que tome ganará cuestionamientos y reparos (la gran mayoría fundamentados y con mucha lógica), por lo menos hasta el debut mundialista frente a Islandia.
Fue el DT quien declaró que difícilmente un jugador que no haya estado en alguna nómina con él tenga chances de ir al Mundial. Es decir, que los 23 que viajarán a Rusia en algún momento pasaron por la Selección bajo las órdenes de Sampaoli. Sin embargo, no soportó las presiones ni el momento de Armani y, fiel a su estilo, ya se reunió con el arquero.
En las próximas semanas llegará el momento de la verdad. Si aparece Armani en la lista de 23, Sampaoli va a contradecir con ese gesto el discurso que bajo hace algunas semanas atrás. Si no está, las críticas serán furiosas ante la ausencia del «mejor arquero argentino del momento». No habrá término medio, no se realizará otro análisis posible ya que cualquiera de las dos decisiones generarán una grieta popular, dos lados bien polarizados que difícilmente tengan puntos en común o grises.
El 4 de junio es la fecha límite para que el seleccionador entregue los nombres de los 23 futbolistas que irán a Rusia. Puede ser antes, no después. Tanto Sampaoli como Armani ya conocen la importancia de esa jornada y hace rato que figura en sus agendas. Esta fecha será el primer capítulo o el último de la novela mundialista más mediática del momento.