Hamas lanzó desde la Franja de Gaza hacia Tel Aviv cerca de 3.000 misiles que tenían como objetivo a los barrios más poblados de esta ciudad y a específicas dependencias militares vinculadas a la provisión de armamento, logística e inteligencia. Esos cohetes no causaron una sola muerte, ni dañaron la capacidad bélica israelí por la eficacia de la Cúpula de Hierro: un sistema de defensa que reacciona en siete segundos desde que se comprueba que un misil enemigo ingresó al territorio israelí.
“Hamas hace cohetes de forma relativamente casera con planos que le da Irán, que tienen distinta distancia. Ahora se habla que no hay agua en la Franja de Gaza entre otras cosas porque la Unión Europea les dio dinero para construir un sistema de cañerías nuevo y se robaron los caños para hacer cohetes. Ahora hacer un cohete desde la Franja de Gaza sale aproximadamente entre 500 y 1000 dólares la unidad”, expresó, al aire del programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario, Gabriel Bentasgal, periodista especialista en Medio Oriente.
Para poder derribar ese cohete en el aire, “se desarrolló un sistema que es un radar que cala la trayectoria del cohete de la Franja de Gaza para el interior de Israel. Si el radar calcula que el cohete va a ir a parar al agua, al Mediterráneo, o en un lugar donde no vive gente, lo dejan pasar. Pero si va a ir hacia un lugar donde vive gente salen dos cohetes israelíes que cada uno de ellos sale 60 mil dólares para derribar un cohete de 500 dólares, es decir, gastan 100 mil dólares y lo persigue y le pegan el corazón del cohete enemigo para destruirlo y dispersar sus trozos por el aire”.
No sólo eso, “Israel desarrolló, que todavía no está operativo, un sistema que es un rayo láser que lo que hace es calentar el cohete en el aire y de esa forma te vas a ahorrar un montón de dinero y vas a poder disparar rápidamente varios cohetes a la vez”, señaló el especialista.
En cuanto a la Cúpula de Hierro, el escudo está activo las 24 horas de todos los días en una alerta permanente: “Vivo en una ciudad donde está el sistema de Cúpula de Hierro más importante, se llama Modín y se encuentra entre Tel Aviv y Jerusalén. En esta ciudad hay una batería muy fuerte y lo que hacen es cuando los cohetes van hacia Jerusalén o sea Tel Aviv como está en el medio puede derribarlos en el camino. Hay un montón de Cúpulas de Hierro en varios lugares y se va moviendo”, comentó.
este sistema, pero en mi ciudad al haber un sistema muy importante cada vez que disparan desde la franja de gas a Camino de Tel Aviv mis techos que tengo un techo de madera mi techo baila porque lo que hace el cohete que sale también hace ruido.
En tanto Bentasgal, consideró que volver al ritmo previo al 7 de octubre va a llevar un tiempo: “Porque toda la estrategia militar israelí se basa en la disuasión, tenés que disuadir al enemigo que tú eres suficientemente fuerte como para poder convencerlo de que no le conviene atacar. Cuando Hamás atacó e hizo lo que hizo, destruyó o empeoró la capacidad de disuasión de Israel, entonces tienen que volver a entrar para liberar a los rehenes, aumentar la disuasión y evitar que él Hamás vuelva a levantar cabezas y para eso tenés que entrar por tierra. Entonces después de la visita de Biden es claro que vamos a entrar por tierra”.
Respecto a qué fue lo que falló para la avanzada y el ataque de Hamas, sostuvo: “Falló la seguridad. Es imposible controlar todo, pero es inaceptable lo que ocurrió. Nosotros tenemos una imagen más cercana de la seguridad israelí a lo que se vio en Fauda (serie israelí sobre la guerra en Palestina, protagonizada por un miembro de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), que acaba de participar en misiones de rescate – Netflix).
“Se vivía una especie de seguridad exagerada que el Hamás no iba a actuar de forma irracional y atacar a Israel. Y además, como teníamos medidas de seguridad muy buenas como Cúpula de Hierro o como la alambrada de seguridad inteligente que separaba a Israel de la franja de Gaza, pensaron que sería ilógico que el jamás intentase algo planificado durante dos años y medio. Y toda la información que mostraba que algo se estaba gestando no fue asimilada por la inteligencia israelí como algo que confirmaba un ataque inminente”, amplió.
Precisamente, ese sábado 7 de octubre, “día de descanso, había fiesta, dejaron muy pocos guardias en la frontera y le dieron franco a los soldados. El Hamás actuó de forma muy primitiva, o sea, puso dinamita y tractores para derribar varios puntos de la valla de seguridad, se metieron por ahí, atacaron a los soldados cuando estaban durmiendo, los mataron y después mataron a la población civil. Entonces, fue un ataque bastante primitivo, sin utilizar demasiadas técnicas extrañas. Entonces, te das cuenta que el problema era la concepción. Cuando vos tenés una concepción y un prejuicio sobre lo que puede ocurrir y no tomás las medidas que deberías”, concluyó el periodista.