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jueves 25 de abril del 2024

Prevención y rehabilitación: claves para evitar los ACV y disminuir secuelas

La prevención y rehabilitación de los ataques cerebrovasculares, primera causa de discapacidad en la Argentina y el mundo cuando ocurren después de los 60 años, y una de las principales causas de muerte, son los ejes centrales de la campaña de concientización que lanzaron las organizaciones médicas especializadas, en el marco del Día Mundial del ACV, que se celebra el próximo domingo.

«Nuestra misión es dar a conocer de qué tratan los accidentes cerebrovasculares, que son una endemia y por eso es tan importante la prevención, incluso se prevé que la mayor cantidad de ACV se van a dar en las regiones emergentes porque los países desarrollados están llevando a cabo políticas fuertes de prevención», señaló el médico e investigador Máximo Zimerman en diálogo con Télam.

«El ACV es la primera causa de discapacidad en mayores de 60 años, personas que están activas, e incluso se producen en forma prácticamente pareja en hombres y mujeres», añadió el experto, jefe de la Clínica de ACV y de Neurorehabilitación del Instituto de Neurología Cognitiva (INECO).

Zimerman destacó la importancia de la atención médica inmediata cuando se produce un ataque cerebrovascular, identificando los signos y precisó que «las tres primeras horas son fundamentales porque se pueden reducir considerablemente las posibilidades de muerte y discapacidad».

Los especialistas precisan que los signos que se presentan en forma brusca y que permiten sospechar que una persona está teniendo un ACV son: trastornos en el habla; debilidad en un brazo, que puede o no acompañarse con debilidad en la pierna del mismo lado; asimetría facial; dolor de cabeza de gran intensidad; pérdida de la visión de un ojo o visión borrosa; dificultad para coordinar los movimientos; mareos; vértigo; dificultad para caminar.

Si bien cada vez son más las personas capaces de identificar los factores de riesgo de un ACV, un estudio reciente que la Fundación para el Estudio de las Neurociencias y la Radiología Intervencionista (Feneri) dio a conocer esta semana revela que cuatro de cada 10 porteños no sabe cómo reaccionar o qué hacer frente a los síntomas.

Los accidentes cerebrovasculares suelen ser fenómenos agudos que se deben sobre todo a obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el cerebro.

Zimerman precisó que en la Argentina se produce un ataque cerebrovascular cada 4 minutos y que 9 de cada 10 pacientes padecen algún grado de discapacidad posterior, pero desmitificó la idea generalizada de que las secuelas que deja un ACV son irreversibles, al enfatizar que «siempre existe la posibilidad de la rehabilitación» y recuperar mucho de lo perdido, e incluso «un paciente con secuelas puede llegar a mejorar años después del evento con un programa especializado de rehabilitación».

Un ACV puede afectar la motricidad, la sensibilidad, el habla, el lenguaje, la deglución, la vista, las funciones cognitivas y el ánimo, entre otras consecuencias, en tanto «el 18 por ciento de las personas que sufrieron un episodio vuelve a padecer otro después del primer año, por eso es muy importante ver cuáles fueron las causas que produjeron el primero para prevenir otros ataques y poder lograr una recuperación de los síntomas que padece», señaló el especialista.

En este marco, resaltó que la neurorehabilitación debe estar encaminada a la re-adquisición de las destrezas perdidas, «por eso el aprendizaje y la neuroplasticidad ocupan un rol preponderante», y resaltó que debe haber un trabajo multitudisciplinario por las distintas áreas que puede afectar un ACV.

En este plano están comprometidos neurólogos, kinesiólogos, fonoaudiólogos, nutricionistas, psiquiatras, psicólogos, fisiatras, terapistas ocupacionales, neuropsicólogos y musicoterapeutas, que son quienes deciden qué tratamiento de rehablitación es el indicado en cada momento y para cada caso, confeccionando así un «traje a medida» para cada paciente, aseguró.

Expresó que existen nuevas estrategias de rehabilitación y tratamientos a través de la estimulación cerebral no invasiva, la realidad virtual, la robótica y el entrenamiento.

Con respecto a los datos sobre los porcentajes de mortalidad a causa de un ACV, Zimerman señaló que si bien no hay estadísticas «en el país y Latinoamérica» que revelen el estado de situación de esta problemática, aclaró que distintos estudios son coincidentes con ubicar el ACV como la segunda causa de muerte después de los 60 años.

En tanto los últimos datos oficiales de 2015 sobre defunciones del Ministerio de Salud de la Nación, ubica a las enfermedades cerebrovasculares como la cuarta causa de muerte después de los tumores malignos, las enfermedades del corazón y la neumonía e influenza.