Tras la trágica muerte del joven jugador de Nacional de Uruguay, Juan Izquierdo, quien falleció a los 27 años luego de desvanecerse en medio del partido que su equipo disputaba frente al San Pablo de Brasil, el mundo del fútbol y el público en general quedó conmocionado. Según el último boletín oficial del Hospital de San Pablo, Izquierdo sufrió una muerte encefálica a raíz de un paro cardiorrespiratorio asociado a una arritmia. 

Asimismo, a nivel local, y en otro grado de gravedad, se sumó el caso del ex jugador de Rosario Central, Juan Cruz Komar, que debió suspender su reciente contrato con Huracán por presentar una arritmia cardíaca por la cuál deberá ser intervenido quirúrgicamente. 

En una entrevista realizada en el programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario, el médico cardiólogo del Grupo Oroño, Carlos Lorente, señaló que “la arritmia es un trastorno del ritmo del corazón” que puede variar desde una alteración menor hasta condiciones que ponen en riesgo la vida. 

En este sentido, indicó: “Las arritmias pueden ser tan banales como la taquicardia sinusal, que ocurre cuando estamos nerviosos, o la bradicardia sinusal, que se da durante el sueño profundo, pero que de ninguna manera son peligrosas o pueden ocasionar potencialmente la muerte”.

Asimismo, el doctor destacó que hay arritmias de mayor riesgo, como aquellas que padecen pacientes menores de 35 años que pueden tener “enfermedades hereditarias” o anomalías congénitas en el corazón. Por otro lado, las arritmias en mayores de 35 años generalmente están asociadas a problemas coronarios como la aterosclerosis coronaria.

En cuanto a la detectabilidad de estas arritmias, el cardiólogo indicó que, si bien algunas arritmias graves pueden ser detectadas mediante un electrocardiograma, otras pueden no manifestarse hasta que se produce un evento severo. “En algunos casos, la primera manifestación de la enfermedad puede ser una arritmia que ocasione un trastorno severo de la circulación”, explicó. 

Una de estas arritmias severas es la fibrilación ventricular, que puede llevar a un paro cardíaco y, por consecuencia, a la muerte cerebral si no se trata de inmediato. 

En este punto, el médico destaco que estas arritmias graves se pueden dar en pacientes a los que no se les haya detectado ninguna anomalía previa, como en el caso del jugador Juan Izquierdo. “La arritmia es tan rápida y está tan desorganizada que el latido cardíaco prácticamente no se produce y eso funciona como un paro cardíaco, dejando sin irrigación al órgano más sensible a la llegada de oxígeno con la sangre que es el cerebro”, sostuvo.

Por otro lado, Lorente se refirió a que existen medicamentos destinados a tratar las arritmias en sus distintos niveles de gravedad. “Tanto la arritmia, como las causas que la producen, tienen una enorme cantidad de potenciales tratamientos adecuados a cada caso en particular, que pueden disminuir el riesgo de complicaciones”, afirmó.

El doctor enfatizó la importancia de realizar chequeos cardiovasculares previos a la práctica deportiva, especialmente para aquellas personas con factores de riesgo. “Un paciente de 45 años diabético hipertenso y fumador no puede sin chequeos importantes entrar a jugar un partido de fútbol una noche de frío”, advirtió. 

En esa misma línea, el médico hizo hincapié, en el caso de asistir a lugares donde se practiquen deportes de alta competencia, en la necesidad de asegurarse que cuenten con personal capacitado en reanimación cardiopulmonar (RCP) y desfibriladores externos automáticos. “Son aparatos que requieren un mínimo de entrenamiento y que pueden llegar a salvar al paciente aplicando un choque de corriente continua y sacándolo de esa situación tan severa”, concluyó.