Durante el transcurso de cada día, el peso puede fluctuar hasta 2 kilos. Los motivos se deben a la cantidad de comida, bebidas, ejercicio y visitas al baño que realizamos durante el día.
La licenciada en nutrición Yamila Palloni dice al respecto: “cuando de un día para otro perdemos peso este se debe a la pérdida de agua”.
“Si de un día para otro lo que notamos es un aumento puede ser agua, recarga de glucógeno y quizás una mínima parte de grasa” agrega.
El inicio del déficit calórico
“Al momento de empezar un déficit calórico consumimos reservas y no sólo es grasa, sino que consumimos glucógeno (forma de reservorio de hidratos de carbono) que por cada 1 gramo de glucógeno que consumimos se arrastran 3 gramos de agua”.
“Principalmente al comienzo del proceso, cuando empezamos a cuidar las porciones y al utilizar las reservas de glucógeno puede ser un comportamiento habitual un descenso abrupto de peso. Luego ocurre una adaptación normal y estable en la pérdida de peso”.
Cómo influyen los excesos del fin de semana
Cuando uno come diferente pueden pasar dos tipos de cosas:
- Retención de agua: podemos tener variaciones en el peso en un 10% para arriba o para abajo dependiendo de nuestra hidratación.
- Recarga de glucógeno hepático: cuando comemos algo distinto puede ser que ese sobrante pase a ser nuevamente de glucógeno y esos pocos gramos de glucógeno puestos en reserva de nuevo se llevan mucha cantidad de agua, haciendo un “falso aumento de peso”.
“Jamás es una buena estrategia pesarse en el proceso todos los días o todas las semanas; el peso sólo es referencial en un tiempo prudencial y evaluado en contexto” agrega la licenciada.
Consejos para pesarse correctamente
- A la misma hora del día.
- El mismo día cada semana.
- Colocando la pesa en la misma superficie.
- Utilizando siempre la misma pesa.
- Siempre con la misma ropa (o sin ella).
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