Aixa Rizzo, una joven que padeció un acoso callejero dos años atrás, pedía un cambio cultural para acabar con este flagelo, y daba un ejemplo concreto desde un móvil: «En este país te preguntan qué tenías puesto, poniendo la culpa sobre la víctima». Desde el piso de Telefe, Nicolás Repetto tomó la posta como conductor de El noticiero de la gente. E hizo el primero de los planteos que de inmediato provocó un repudio generalizado en las redes.
«Con respecto a la pregunta ‘¿Qué te pusiste?’ -dijo Repetto-, yo sé que se enojan las mujeres cuando se la hacen, pero también es bueno para otras mujeres ver… O sea, ¿es posible estar a la una de la mañana en un subterráneo vestida sexy?». Enseguida intervino la co conductora, Milva Castellini: «Y… tenés derecho a estarlo», le explicó.
«Yo no digo eso -se defendió Nico-. Es otro tema: a mi hija, ¿le recomendaría ir sexy en el subte? Ojo con esto de no ponerse tan sensibles, de que tienen derecho a todo. Mirá, ¿es sensato si yo salgo a caminar por Palermo con un Rolex de oro y una remera de manga corta? Tengo todo el derecho del mundo. ¿Es sensato? No, porque casi seguro me voy a comer un golpe y me lo van a robar. Son dos cosas distintas».
En un móvil, Nicolás Repetto lanzó desubicados comentarios sobre el acoso pic.twitter.com/gT2iCz1ZlR
— El Destape (@eldestapeweb) February 28, 2018
Se dio entonces un ida y vuelta de Repetto con Rizzo, quien en 2015, teniendo 20 años, filmó el acoso callejero que sufrió de parte de los obreros de una obra en Caballito, logrando que su denuncia se hiciera viral. Pero la razón del móvil, y lo que motivó el comentario inicial del conductor, fue un caso de estas últimas horas: una joven manoseada que buscó refugio en el subte y otro hombre comenzó a masturbarse frente a ella.
Rizzo: —Los hombres salen como quieren a la calle y las mujeres no los acosamos, no les decimos nada y tampoco intentemos violarlos.
Repetto: —¡Totalmente! ¿Pero por qué lo mandan siempre para ese lado?
Rizzo: —Porque es una cuestión cultural. Si siguen preguntando por la ropa, no estamos entendiendo que no tiene nada que ver con la ropa, sino que es la cultura machista donde vivimos. Es una pregunta antigua.
Repetto: —Vamos a decirlo claramente. No hay ningún derecho a acosar, vestida como esté vestida. Vamos a arrancar por dónde es.
Catellini: —La persona que está sana no acosa, Nico, aunque la mujer esté vestida súper provocativa.
Rizzo: —Hay que empezar a educar a los hombres que no acosen, hay que empezar a criar a los nenes de otra forma. Porque sino el centro de esta conversación es cómo se visten las mujeres y no por qué hay tantos hombres que acosan (…). No sé si están enfermos o realmente, con este tipo de comentarios (por el de Repetto), fomentamos una cultura donde a esas personas les parece normal o apropiado hacer ese tipo de cosas.
Repetto: —No todos somos así. Y no puedo creer que en todas las esquinas haya un acoso. Serán situaciones particulares.
Rizzo: —Si no lo podés creer, no estás haciendo bien tu labor de periodista. Este es un problema grande.
Repetto: —Venimos estando así desde hace siglos. Hay cosas que se van incorporando porque son nuevas. Antes, pasar por una obra y que te dijeran piropos era un clásico, te la bancabas y no pasaba nada. Ahora, ya no se la quieren bancar más. Y a lo mejor es justo. Hoy lo viven como un acoso y un movimiento contracultural contra algo que era de la cultura. Y me parece bien. Se está cambiando el escenario de algo que antes parecía era natural, y ahora tenemos que aprender que no lo es. Algunas veces pensábamos que hasta te podía halagar.
Castellini: —Te pueden decir algo lindo…
Repetto: —Bueno, ahí hay que pensar qué es lindo y qué no es lindo.
Castellini: —El límite es el respeto.
Repetto: —¿Vos qué decís, Aixa? ¿El piropo sigue corriendo o puede tomarse como acoso? ¿Cómo se diferencia?
Rizzo: —Es lamentable que tengamos que tener esta discusión. Yo estoy segura de que a la mujer nunca le gustó, simplemente que no sabíamos que teníamos herramientas para defendernos, para decir que está mal. No es que antes nos gustaba el acoso, y ahora no.
Repetto: —O sea que lo mejor sería no dirigirle la palabra a nadie que no conozcas en la calle. Me da la sensación de que yo estaría defendiendo el acoso y que no vistas como quieras, y no es eso.
Rizzo: —Estamos en una situación en que las mujeres denunciamos acosos y manoseos en el subte, ¿y nos vamos a poner a pensar si está bien decirle «Hola, linda»? Primero, discutamos lo que es realmente grave.