La emisión involuntaria de orina durante el sueño, conocida como enuresis nocturna, es una condición médica muy frecuente durante la infancia que la padecen entre un 5 y 10% de niños de 7 años de edad y un 1-2% de adolescentes en el mundo.
Cuando un niño mayor de 5 años se hace pis durante la noche de manera esporádica, no es más que un accidente aislado.
Pero cuando la orina involuntaria nocturna forma parte de una serie de eventos consecutivos durante un tiempo prolongado, los especialistas indican realizar una consulta a partir de los 7 años, sobre todo porque la enuresis (la emisión involuntaria de orina durante el sueño) es una condición médica que puede significar para el paciente un alto estrés debido a la baja autoestima y a sentirse diferente en cuanto a situaciones sociales de campamentos, viajes familiares o reuniones de amigos.
“Hay que destacar que los niños que padecen enuresis no tienen voluntad de estar mojados, sino que duermen profundamente y no se despiertan cuando la vejiga está llena; sin embargo, no duermen bien, debido a las frecuentes alteraciones del sueño”, indica el Dr. Juan Pablo Corbetta, jefe del Servicio de Urología del Hospital Garrahan y Presidente de la Sociedad Iberoamericana de Urología Pediátrica (SIUP).
Estos síntomas, continúa el especialista en urología pediátrica, “deben ser explicados al niño y su familia para desmitificar el problema y poder guiar a los padres, manifestando que la clave para tratar a un niño con esta condición médica es la capacidad de comprensión, además de la cooperación del propio niño”.
La Sociedad Internacional de Continencia Infantil (ICCS) y la Sociedad Europea de Urología Pediátrica (ESPU) lanzaron la Semana Mundial de la Enuresis (WBW) en 2015 y, desde entonces, se lleva a cabo cada año para crear conciencia sobre esta condición, que, a través de un diagnóstico y tratamiento adecuado brindado por un médico especialista, puede ser superada.
La importancia del diagnóstico
En una primera etapa del diagnóstico es importante poder clasificar la enuresis en todas sus formas, evaluar factores de riesgo asociados y trastornos del sueño.
De esta forma, “se podrá saber si es primaria, cuando no ha existido período seco por 6 meses o, por el contrario, secundaria, que es cuando los niños sí han tenido un período seco mayor o igual a 6 meses pero el problema aparece nuevamente”, señala Juan Pablo Corbetta.
La condición también puede ser monosintomática, si el único síntoma es mojarse de noche o polisintomática, si es que además se presentan síntomas diurnos de disfunción vesical.
Recomendaciones
Para hacer frente al problema, lo que aconsejan los especialistas es:
- Revisar hábitos de alimentación que incluyan bebidas y alimentos naturales.
- Evitar que los niños consuman demasiada cantidad de líquido en las horas previas al sueño.
- Tratamiento de alarma basado en el uso de un dispositivo que se activa al caer gotas sobre el mismo. El objetivo de este abordaje terapéutico es que el niño se despierte con una alarma acústica o táctil.
- Otro método posible es el de “esperar y ver» y se indica cuando el niño y su familia no pueden cumplir con un tratamiento, si las opciones de tratamiento no son posibles debido a la situación familiar y si no hay presión social.
- Realizar un tratamiento farmacológico.
Con el tratamiento farmacológico, es posible que se obtengan “tasas de éxito del 70% y se han identificado factores predictivos del éxito del mismo en niños mayores, en niños con menos noches húmedas y alta producción de orina nocturna”.
Por otro lado, un tratamiento multimodal (alarma + fármaco) puede lograr una respuesta parcial o total en el 80% de los niños.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión