La pandemia del coronavirus sigue azontando a la Argentina y a más de 150 países en el mundo. Pese a que en algunos el virus se está controlando, el fútbol como todos los deportes a nivel mundial se encuentran en pausa como método más preventivo.
Sin embargo, en algunos lugares el fútbol no se ha detenido y las competencias se desarrollan normalmente. Tal es el caso de la primera división de fútbol de Bielorrusia y la segunda de Turquía que tuvieron actividad oficial el último y, además, esos partidos contó con la presencia de aficionados de ambos equipos.
De hecho, la Premier League de Bielorrusia es la única de primera división que se sigue jugando en Europa, y ayer, por la primera fecha del certamen se jugaron dos cotejos: el FK Minsk le ganó al Belshina Bobruisk por 3-1 y el FK Slutsk venció por el mismo marcador al Slavia Mozyr.
También por 3 a 1 le ganó el pasado jueves el Bgu Minsk al subcampeón vigente, el popular BATE Borisov.
Bielorrusia, exestado de la Unión Soviética, tiene hasta el momento 76 casos reportados de coronavirus y ninguna víctima fatal.
Por su parte, en la segunda división de ascenso de Turquía, por la 22da. jornada el Ankara Demirspor superó como visitante a Elazıgspor por 3-0.
Sin embargo en Turquía, la Superliga de primera división sí suspendió la competencia en el transcurso de la semana anterior, ante la insistencia de los propios futbolistas.
El otro lugar del mundo donde las competencias siguen su curso, aunque a puertas cerradas, es Oceanía, donde justamente este domingo se disputó la final de la liga femenina de fútbol de Australia.
En la ocasión y con un gol de la capitana del equipo,Steph Catley, el Melbourne City, que comparte dueños con el Manchester City y el New York City, venció por 1 a 0 a Sydney, como local, en su Rectangular Stadium.
Melbourne City es el «dueño» de la liga femenina australiana ya que se consagró campeón sucesivamente en las últimas cuatro temporadas, y este cotejo en realidad fue presenciado por 500 espectadores, allegados a los clubes y sus jugadoras, alcanzando el límite de personas que tienen permitido asistir a espectáculos deportivos, por lo que el concepto de «a puertas cerradas» en el caso de Australia tiene un contenido más elástico.
