La defensa de Miguel Pastorutti quiso convencer a los jueces de que el acusado por femicidio tenía problemas psiquiátricos, que había tenido una vida difícil y que a Romina Saavedra la amaba. Que su comportamiento, cuando la prendió fuego y la acuchilló 25 veces fue por una especie de emoción violenta. Que él estaba mal, pero que no era (ni es) un hombre agresivo. El argumento no convenció a ninguno de los tres jueces que finalmente hoy lo condenaron a cadena perpetua por el crimen de su ex pareja, Romina Saavedra.
Ismael Manfrín, Julio Kesuani y Edgardo Fertitta fueron los magistrados que hoy le aplicaron la máxima condena por «homicidio calificado, con alevosía y ensañamiento, y por femicidio» ocurrido el 9 de diciembre de 2013 en una vivienda de San Lorenzo, confirmó la fiscal del caso, Cristina Herrera.
El 9 de diciembre de 2013 Pastorutti la interceptó cuando la joven iba rumbo al Registro Civil para hacer trámites. La encerró en su casa, trabó puertas y ventanas con muebles y con la heladera. Posteriormente prendió el gas y la atacó.
Romina fue socorrida por su hermana y otras dos personas, que al escuchar los gritos, corrieron a la casa, pero ya era tarde: la joven estaba prendida fuego de la cintura para arriba. Al intentar sacarla, Pastorutti se abalanzó sobre la víctima y le propinó 25 puñaladas con un cuchillo de 20 centímetros.
La historia
Romina Saavedra conoció a Miguel mientras se desempeñaba como trabajadora sexual. Él le ofreció contención, la invitó a vivir a su casa y aceptó que lleve también a sus hijos. Ella, una mujer repleta de carencias, accedió a lo que parecía una oportunidad de empezar de nuevo y cayó en las garras de un violento serial; uno hombre posesivo, 30 años mayor que ella, que pretendía a fuerza de golpes que las cosas se hicieran como él decía.
En 2012, en medio de la convivencia, Saavedra denunció dos veces a Patorutti, hasta que logró separarse. Sin embargo él, que se negaba a tenerla lejos, le retuvo los documentos de identidad de sus hijos; lo que generó que se volvieran a ver.
La mañana del 9 de diciembre de 2013 Romina fue hasta la casa de su ex pareja. Necesitaba los documentos para tramitar la Asignación Universal por Hijo; pero Miguel se negó a dárselos. La metió de los pelos a la vivienda, abrió la llave del gas, la encerró adentro y prendió fuego la casa. Ella, a los gritos, empezó a pedir ayuda y logró que los vecinos la escucharan. Pero mientas la gente de la zona sacaba a la mujer semi calcinada de la casa, Miguel se le tiró arriba y la apuñaló hasta la muerte. Según el parte médico, fueron 25 estocadas.
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