Para Duhalde, la pobreza en Argentina “cada día es peor” porque “no hay un ADN productivo en la dirigencia”
El expresidente de la Nación, Eduardo Duhalde, se refirió a los preocupantes índices de la pobreza en el país que se conocieron la semana pasada. «Cada día es peor», aseguró y explicó que, según su análisis, se debe a que “no hay un ADN productivo en la dirigencia argentina».
Durante una entrevista en el programa Con Sentido Común de CNN Radio Rosario, argumentó su opinión acerca de esta problemática: “Cada día es peor, cuando un gobierno no entiende que el problema de Argentina no es lo que se debe sino lo que no se puso. No hay ADN productivo en la dirigencia argentina, ese es el problema y sigue siéndolo. No hay que ser demasiado inteligente, hay que ver lo que hizo Europa. La situación europea después de la segunda Guerra Mundial quedó destrozada, era peor que la Argentina de hoy. Lo que hicieron fue trabajar, producir y eliminaron un fenómeno que en Latinoamérica es escandaloso como la corrupción. No se pueden salir de situaciones como estas si no se resuelven estos problemas”.
También se refirió a los dichos del presidente Alberto Fernández, quien trató de «imbéciles» a aquellos que cuestionaron las restricciones anunciadas el pasado miércoles en pos de frenar el impacto del aumento de casos de coronavirus en el país. “Un presidente no puede estar todo el día con el teléfono en la mano, y trabajando, y trabajando, porque la psiquis de los seres humanos no aguanta. Por lo menos tres horas tiene que tomarse un presidente para despejarse”, aconsejó Duhalde y señaló: “Le está pasando lo que me pasó a mí y a De la Rúa”.
“Esta situación actual no tiene antecedentes en la Argentina moderna, lo que no se alcanza a entender en Argentina es que para gobernar hay que juntarse. Yo aceptaba, a mí el doctor Alfonsín me retó en diciembre de 2001, me dijo ‘si no asume la presidencia, esto va a ser una matanza’. Impusimos un nuevo sistema, el que gana gobierna y el que pierde también gobierna, pero nadie más lo hizo. Los dirigentes argentinos se viven peleando, los elige la gente y al otro día se están peleando”, analizó quien también fuera senador, diputado y gobernador de Buenos Aires, entre otros cargos dentro de su extensa trayectoria política.
Por último, se le preguntó acerca de cómo lo recibe la sociedad tras su paso por la presidencia en una era caótica como la que atravesó entre finales de 2001 y mayo de 2003 cuando le entregó el mandato a Néstor Kirchner, y respondió: “Voy a Capital Federal y me siento en la calle, recorro el país, la custodia la utilizo solo en Capital Federal. Cuando salgo le pido a la custodia que no me acompañe, ando por todo el país sin ningún problema, voy a las canchas de fútbol sin problemas. Nadie jamás me ha dicho nunca nada”.
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