Ricardo Lunari visitó el estudio de Radio Mitre Rosario, y charló con la mesa de Juega La Banda en lo que fue una entrevista con mucho para destacar. El ex jugador y técnico de Newell’s opinó sobre el presente de la Lepra, sus proyectos, los representantes y una situación poco agradable que vivió mientras dirigía al Millonarios en Colombia.
«Tengo muchas ganas de dirigir. Cuando me volví de Bolivia, de Blooming, que fue lo último que hice, fue porque mi papá estaba pasando algunos problemas de salud y encima no estábamos cobrando. Pensé que era un tiempo valioso que podía estar compartiendo con mi papá, y encima estaba en un club donde ni si quiera nos pagan», recordó el ex volante, y continuó: «Puse un bar en San José, mi pueblo, para pensar un poco menos en el fútbol, pero ahora mi sobrino sigue con el bar y yo me liberé porque tengo confianza y estoy esperanzado que en cualquier momento puedo volver a dirigir».
Lunari fue crítico con la fuerte influencia -casi total- que tienen los agentes en el fútbol de hoy: «Sondeos y llamados hay muchos. El tema es que uno no sabe quien es serio y quien no. Te llaman 44 empresarios para ofrecerte en el mismo club», y cuestionó: «Hoy solamente hay que tener un buen representante, no importa el currículo ni tu carrera, tus proyectos, nada más, no te piden otra cosa. Los dirigentes te contratan cuando ven la posibilidad de hacer un negocio con el representante».
«Los dirigentes te contratan cuando ven la posibilidad de hacer un negocio con el representante»
«Es casi imposible entrar en el fútbol argentino. El círculo de Argentina es mucho más cerrado, estamos hablando de cuatro o cinco representantes que manejan todo el fútbol argentino», agregó en Radio Mitre Rosario.
Ricardo Lunari rememoró lo que fue su paso por Colombia como DT: «Soy consciente que dirigí Millonarios porque hice una muy buena campaña como jugador, eso me abrió la puerta. La campaña como entrenador fue buena, llegamos a semifinal y perdimos por penales, me fue bien», y confesó una difícil situación que le tocó pasar con un referente de la institución: «Cuando llegué el emblema del equipo era Mayer Candelo, un jugadorazo con gran trayectoria, pero no estaba para más de 20 minutos, y lo llevé al Pocho Insúa en lugar de él. Finalmente, me termina tumbando Candelo, que estaba en el banco y, lamentablemente, fue muy influyente con los dirigentes».
El ex futbolista habló también de la Lepra, club que lo vio crecer y debutar en Primera de la mano de Marcelo Bielsa. «Desde que está De Felippe Newell’s ha mejorado, indudablemente. Está más ordenado y eso repercute en un mejor funcionamiento. De ahí a pensar que con estos chicos se puede llegar a pelear algo, nos estaríamos engañando», reflexionó.
En cuanto al trabajo en inferiores, donde Lunari pasó gran parte de su adolescencia, dijo: «Newell’s está en el medio de un cambio total, de rumbo. Lo de Mackey es una política totalmente diferente a lo que se venía manejando. Para decir si fue bueno o malo, es muy prematuro».
«Newell’s tiene algunos jugadores juveniles con mucho futuro, que van a darle muchas satisfacciones al club, como por ejemplo Fértoli, Rivero, los mellizos Rodríguez, Cacciabué… Pero, a esos chicos que están apareciendo hay que ponerle tres o cuatro que sean los maestros de ellos, porque tienen mucho por aprender todavía. No están para ser los protagonistas del equipo», concluyó el oriundo de San José de la Esquina.