La industria panadera está pasando por uno de sus peores momentos. A los altos costos que pagan por los servicios, se suma que la gente consume cada vez menos producto panificados. El costo para mantener una panadería se fue por las nubes y como consecuencia, unas 130 panaderías tuvieron que bajar sus persianas. Este jueves se conoció el cierre de la tradicional panadería «La Recova», tras más de 50 años de trabajo y volvió el fantasma de la crisis.
«Es otro eslabón de la cadena de panaderías que cierran, estamos en una situación desesperante», manifestó en diálogo con Radio Mitre Rosario, el Tesorero de la Asociación de Industriales Panaderos, Jorge Vitantonio.
Según informaron desde el sector, en los últimos cinco años la baja en el consumo de pan fue notoria. Es que, de los 90 kilos de pan por persona que se consumía en 2015, hoy esa cifra se redujo a 75. A ellos sumarle el aumento de las tarifas y como consecuencia de ello, el crecimiento de las panaderías clandestinas y la competencia ilegal.
«En muchos barrios han cerrados las panaderías, pero venden igual, aparte, en negro. Además, surgieron las cadenas de 24 horas que, tienen distintas firmas pero que responden al mismo dueño. Eso te saca más de la mitad de las ventas», informó Vittantonio.
En tanto, el representante del sector también informó que en un año, la bolsa de 50 kilos de harina aumentó al menos, un 80 por ciento. Pasando a costar de 300 pesos en 2018 a 1100/1200 en 2019.
«El gas nos aumentó un 4500 por ciento y para sacar la basura que es sólo harina, nos cobran 4 mil pesos y seguimos sumando. Es imposible poder mantenerse así», concluyó.