Michael Rotondo tiene 30 años y ahora deberá buscarse un lugar. Fueron sus propios padres, Christina y Mark, que cansados de que su hijo no trabaje, no colabore en la casa y no escuche sus pedidos para que se busque un hogar, decidieron acudir a la justicia para hacerse oír: lo demandaron y ganaron el Juicio.
El hombre vivía en la vivienda ubicada en Camillus, estado de Nueva York. Nunca se preocupó demasiado por buscarse un empleo, sus padres lo mantenían en todo sentido. Se hacían cargo de la casa, le pagaban la comida, la factura del teléfono y todos sus gastos. Incluso se ofrecieron a pagarle temporariamente el alquiler de un departamento para que viva allí y mientras tanto busque trabajo, pero Michael no accedió. «Hay trabajos disponibles incluso para alguien como vos, que no tenés un buen historial laboral», le explicaron. No funcionó.
Christina y Mark poco a poco fueron cortando con los beneficios y aún así tampoco lograron que su hijo deje la casa. Michael no escuchó ninguno de los pedidos de sus papás, que como última alternativa debieron enviarlo a juicio.
Finalmente, un Juez de la Corte si oyó a los padres y dictaminó que Michael Rotondo debe abandonar la casa. Horas antes, el hombre de 30 años había manifestado que si encontraba un empleo perdería tiempo para lograr su objetivo de recuperar la tenencia de su hijo, que había perdido por no tener medios para mantenerlo.
Sorprendido con los resultados del juicio, Michael solicitó que le den seis más en su casa para irse definitivamente pero ni Christina ni Mark accedieron al pedido de su hijo y respondieron con un contundente «NO».