Los barrios rosarinos atraviesan un momento crítico. A nadie le escapa el hecho de que las periferias son un polvorín en el cual los jóvenes — en su mayoría adolescentes—dejan la vida por los motivos más diversos. Los gobiernos de turno aplican medidas, con resultados cuestionables; pero hay instituciones que son transversales y no abandonan el territorio, incluso en los peores momentos. Entre este grupo está la Iglesia, que intenta ofrecer alternativas a las chicas y chicos que más lo necesitan.
El programa «El Puente de Verano», de Radio Mitre Rosario, charló con el Padre Fabián Belay, responsable de la Pastoral Social sobre Drogadependencia. El párroco realizó un análisis sobre la situación de la juventud rosarina y brindó detalles sobre el trabajo que realizan en los sectores más complejos de la ciudad. «Nadie elige el camino de la droga y la delincuencia. Muchas veces se decanta, no se elige. Muchas veces no tienen la primaria completa y hay una familia que no existe. Entonces lo que les queda es juntarse en la esquina con los pibes; y en la esquina aparecen los vicios, no aparecen los horizontes. Pero cuando aparecen los horizontes el joven está habido de elegir nuevas propuestas; por eso para nosotros es tan importante salir al encuentro de esos jóvenes», señaló.
Para Belay el trabajo más importante está centrado en generar espacios de contención para los jóvenes, donde ellos se sientan aconsejados, se sientan escuchados; que puedan llevar adelante su vida: «Trabajamos en lo que son capacitaciones de oficio. Para este año estamos armando cooperativas de trabajo. Nos damos cuenta que es una gran pata, que es necesaria para que los jóvenes realmente se inserten».
«El año pasado en todos los barrios tuvimos jóvenes muertos, por eso nuestro trabajo está ahí. Realizando una labor a largo plazo, que no va a aparecer en las estadísticas», sumo Belay y explicó que su pastoral realiza labores en barrio Las Flores, Ludueña, Tablada, Tío rolo, La lata, La Granada y Barrio Municipal.
