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viernes 26 de abril del 2024

Orquestas barriales: el arte como inclusión y expresión educativa

La música como camino que cambia una vida y como antídoto radical contra la exclusión social. Ese concepto es lo que se conoce como «El Sistema» y que posiciona a la música como un elemento fundamental para la educación, inclusión y transmisión de valores. El mismo tuvo su inicio con un pequeño grupo de once niños convocados por el maestro venezolano José Antonio Abreu, premio Príncipe de Asturias 2008, en un garaje del centro de Caracas para enseñarles música.

Eso fue en 1975. Ya pasaron 41 años y el modelo del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela, que se basa en el aprendizaje en grupo para el cambio social y en la creación musical como manera de integración, ha llegado a 25 países, a 500.000 alumnos sólo en su país de origen y a casi un millón en todo el mundo.

Las orquestas sinfónicas barriales surgieron en Argentina como fenómeno social y cultural después de la crisis del 2001. Sin pretensiones de formar grandes músicos, su fin se centra en inculcarle a niños y jóvenes la música como lenguaje.

Actualmente, en Rosario existen unas diez orquestas, repartidas por todo el territorio con distintos matices. No todas nacieron por la necesidad, sino que sus orígenes son diversos. Algunas fueron creadas mediante el proyecto Orquestas del Bicentenario que llevó adelante el gobierno kirchnerista. Otras, más espontáneas, surgieron de las entrañas y fueron arrancadas del mismo barro de las barriadas.

Todas coinciden en algo, la música salva, es una herramienta para guiar y convertir a los chicos en futuras buenas personas. La música trasmite valores. La idea de todos los docentes que componen este colectivo es «incluir, sumar, educar para la vida».

Entre la pluralidad de las orquestas locales podemos encontrar ensambles, orquestas folclóricas, de cuerdas al estilo cámara y sinfónicas compuestas por más de 60 chicos, todo hoy bajo la red de orquestas provincial de la que participan unas 45 en todo el territorio santafesino. Algunas todavía dependen de la Nación que les trasfiere fondos a las provincias.

La orquesta de barrio Triángulo

La escuela 518 Fray Mamerto Esquiú de calle Garay al 5400 fue la atmósfera ideal para el nacimiento de un proyecto social a través del arte que le cambiaría la vida a gran parte de los habitantes de barrio Triángulo. Evangelina Gaido, una docente inquieta que desde 1998 daba clases de música en la escuela, no paró y fue por su sueño y el de muchos que la acompañaron. Una tarde de 2004, después de muchas idas y vueltas, todo sucedió.

El cosquilleo en la panza de ser los generadores de un alumbramiento para la historia fue irresistible, el primer ensayo pasó como un video. Desde ese día, la Escuela Orquesta de Barrio Triángulo no paró de tocar.
Julia Martínez, su actual directora, cuenta como anécdota que en un principio había sido ideada como orquesta folclórica. Sin embargo, ante el pedido de instrumentos, el Ministerio de Cultura de la Nación les envió violines, lo que hizo dar un giro inesperado.

La orquesta, en sus primeros cinco años, se financió de forma alternativa. Trabajaron muy duro y los padres hacían grandes esfuerzos para juntar fondos. En 2009, ya curtidos de golpear puertas de despachos oficiales, desembarcó en la ciudad el plan de Orquestas del Ministerio de Cultura de la Nación. Fue ahí cuando empezaron a tener cierta visibilidad por parte del Estado.

En 2012, el programa fue reemplazado por Orquestas del Bicentenario coordinado por el Ministerio de Educación de la Nación donde el Estado nacional trasfería fondos a las provincias para el pago de salarios y gastos corrientes. Fue en ese momento cuando pudieron contar con un docente para cada una de las clases de instrumentos, además de que se envió equipamiento e instrumentos de viento que antes no tenían.

La orquesta se encuentra en este momento en una transición coyuntural entre Nación y provincia, aunque quien paga los sueldos es el Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe. Nación decidió cerrar la oficina de orquestas que había en la ciudad a pocos días de la asunción del gobierno de Cambiemos.

Según su directora, hay un gran sentido de pertenencia con el proyecto y cada uno de los integrantes se siente parte. “Tenemos una comisión de padres que trabaja arduamente. Son ellos los que se encargan de abrir para los ensayos y de preparar la merienda para los chicos”. La docente, además, contó que se juntan fondos para los viajes mediante rifas y eventos como la venta de fideos caseros a principio de año. “Esto es la mezcla entre un club, una casa y una escuela. Pasan muchas cosas lindas acá como el aprendizaje de lo colectivo”, argumentó.

Hoy componen la orquesta unos 70 niños. Queda todavía un puñado de los fundadores, de los cuáles algunos ya son mayores de edad. El resto está en la edad de primario y secundario. El repertorio es variado, desde tango, folclore, música clásica y otros estilos. El Triángulo fue una de las orquestas que participó en el programa Fútbol para Todos y fue reconocida por el Concejo Municipal en año pasado.

La orquesta de Ludueña

En calle Humberto Primo al 2400, los traqueteos de los trenes de carga se combinan con el suave sonido de los violines. Pegada a las vías, la escuela Salesiana Luisa Mora de Olguín, donde el inolvidable padre Edgardo Montaldo predicó hasta el último día de su vida su palabra de amor y esperanza. Allí, en el 2005, la docente Derna Isla tuvo la iniciativa y promovió la creación Orquesta de Barrio Ludueña.

Derna decidió acercarse a una reunión de Presupuesto Participativo y proponerlo a las autoridades del Distrito Noreste. Anteriormente, había hablado con los hermanos salesianos y los directivos de la escuela como una de las posibilidades que tenían para financiar el proyecto. En la votación del PP salieron quintos y fueron seleccionados.

La orquesta depende de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario. En tanto, el equipo de trabajadores está conformado por un equipo directivo, coordinadores pedagógicos, educadoras (dimensión organizativa administrativa y seguimiento de los alumnos) y tutora, docentes y no docentes. Todos los que componen este equipo son parte estable de la secretaria.

Debido a la demanda, se generaron otros espacios: hoy la orquesta también funciona el Distrito Noroeste y la escuela San Luis Gonzaga. Las clases son desde la mañana temprano hasta entrada la tarde. Hoy participan más de 350 alumnos de entre 7 a 21 años con 11 cátedras instrumentales, además de audio perceptivo (lenguaje musical), música de cámara, práctica orquestal (con sus ensayos de fila, parciales y generales).

Las docentes cuentan que los niños agradecen la posibilidad de conocer teatros a través de la música que de otra forma hubiesen sido inalcanzables. “Una linda anécdota es cuando fuimos al teatro El Círculo y, una de las abuelas, imaginó conmovida, el momento en el que su nieto tocase ahí. Era emocionante ver las caras de los familiares al contemplar un teatro tan imponente”, relató la directora general de la orquesta, Gloria Machado.

En este contexto, existe gente que cree en lo imposible y lo materializa en su trabajo diario. Estos violines en los dedos de espiga de los pequeños parecen resonar en cada rincón las palabras de Zitarrosa: “Becho tiene un violín que no ama, pero siente que el violín lo llama; por la noche como arrepentido, vuelve a amar ese triste sonido”.

La orquesta de Tablada 

 

Carlos Golfeld dejó su Tucumán natal para estudiar música en la Universidad de La Plata. Tiempo después, decidió seguir su camino, probar suerte y concursar el puesto de viola en la Sinfónica Provincial de Rosario. Al poco tiempo, «El Tucu» se hizo cargo de la Orquesta de Barrio Tablada que dirige hasta el día de hoy.

La orquesta se constituyó en 2009 mediante el programa de Orquestas del Bicentenario. Actualmente, está integrada por 140 chicos de 6 a 18 años. Su sede principal es la Biblioteca Vigíl, y su otra casa fue la escuela Isabel La Católica en la parte sur del barrio que por ser una escuela de prueba con jornada extendida, no pudo albergar más a la orquesta. Hoy, funcionan en la escuela 114 de Seguí y Grandoli.

El equipo de trabajo está compuesto 18 profesores y 2 docentes integradores, además de la Asociación Amigos de la Orquesta Tablada, integrada principalmente por madres y padres. Con la falta de interés de Nación por las orquestas, Tablada es una de las que pasó a manos de la provincia quien hoy se hace cargo de solventarla.

“Nosotros lo que intentamos es posicionarnos como la orquesta del barrio”, cuenta «El Tucu». Además, dice, que el cambio de sede es un nuevo desafío. Muchos de los chicos que pertenecían que tomaban clases en la escuela Isabel la Católica, fueron trasladados por un plan de viviendas y se les perdió el rastro. Por ende, tuvieron que empezar de nuevo a rearmar ese sector de la orquesta.

“Nosotros lo que rescatamos es que cuando los chicos se van, algunos porque consiguen trabajo o forman familia, siempre vuelven, nos saludan. Me acuerdo de un chico que cada vez que me ve por el barrio para y me saluda, me muestra las fotos de sus hijos, siempre hay una devolución al trabajo nuestro que es fantástico. Tenemos en claro que no es un trabajo voluntarista, pero que se hace con muy buena voluntad”, comentó el docente.