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sábado 20 de abril del 2024

Oficios en aislamiento: cómo transitan la cuarentena albañiles, plomeros y changarines rosarinos

Quienes formen parte de estas actividades podrán hacer trabajos de emergencia. Rosario nuestro habló con tres trabajadores que dieron su punto de vista. Todos coinciden que va a ser muy difícil salir de esta situación extrema.

El lunes pasado se sumaron a las prácticas esenciales exceptuadas las relacionadas con el mantenimiento. Es por eso que plomeros, gasistas, electricistas, vidrieros, electrónicos, fumigadores y otros técnicos podrán llevar adelante sus tareas en el marco del aislamiento preventivo que rige desde marzo que «demostró la necesidad de incorporar otras actividades y servicios con carácter de esenciales con el fin de mitigar los efectos ocasionados por las medidas adoptadas».

“Antes de la cuarentena había movimiento, pero ahora nadie te llama”, contó a Rosario Nuestro Fabricio Altamirano, quien se desempeña haciendo diversos arreglos en casas de familia. En tanto dijo que pasar a ser parte de los trabajadores esenciales exceptuados no garantiza nada ya que se perdieron muchos días de trabajo y será difícil recuperarse. Asimismo remarcó que el trabajo es “poco y nada porque hay muchos que no les llegó la información” sobre este cambio y mucha gente que suele llamarlos “tampoco lo sabe”.

“Yo soy de trabajar mucho, tuve que recurrir a familiares para vivir estos días. En mi caso el dinero se gana en el día a día”, lamentó el trabajador ante la situación que debe vivir. “Es un trabajo de mucha variante y depende de lo que necesite la gente, yo arreglo  de todo y va a ser difícil recuperarse, es un trabajo del que se puede vivir bien, pero depende mucho de la economía y como viene la mano no veo que esto cambie”, sostuvo.

Gustavo Piceda es plomero y gasista matriculado. Según dijo las cosas están bastante mal. “Desde que salió la excepción yo tengo en el estado de mi wassap que estoy trabajando,  si la gente me llama voy, el tema es que por cuidado algunos esperan para hacer algún arreglo, tiene que ser de urgencia, además en algunos edificios no nos dejan entrar”, señaló

Así también apuntó que muchos le piden presupuesto pero no lo toman, y hubo semanas, sobre todo la primera, que nadie preguntaba ni llamaba. “Hay un grupo de gasistas que estamos todos igual y nadie quiere salir por exponerse, si no son urgencias la gente nos llama. Por ejemplo tuve que arreglar una llave de paso de gas, eso era de necesidad extrema”, relató. Y agregó: “El sábado fui a ver un calefón y me dijeron que si yo estoy trabajando y la gente no arregla no hace nada, el virus pegó bastante, no pude pagar ningún impuesto”.

Diego Incalcaterra es un pequeño contratista de construcción, junto con dos empelados realiza trabajos de albañilería en general y pequeñas edificaciones en casas de familia “El tema es que no están los permisos, demora en que lo aprueben y mucha gente está negro”, manifestó y argumentó que es un sector muy informal por lo cual la gente no quiere dar sus datos ni inscribirse en ningún padrón.

“Estábamos parados ya por la crisis y no pudimos arrancar, además muchas obras son afuera de Rosario, en localidades cercanas y es más lento la compra de material. A mí no me pagaron más, pedimos adelanto en las obras y nos dijeron que no, pero si no depositas los corralones no te mandan materiales, es un desastre”.

Por la situación que viven miles de trabajadores de estos rubros, el Ministerio de Desarrollo era uno de los órganos gubernamentales más preocupados por el recorte de estas actividades, muchas veces informales. «Más de 11 millones de personas están recibiendo asistencia alimentaria en todo el país, cuando antes eran 8 millones», dijo este jueves su titular Daniel Arroyo.

También esa necesidad había quedado en evidencia en el registro de más de diez millones de personas para el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), ya que muchos de los inscriptos no estaban en la base de datos de Anses, por lo que no reciben ningún tipo de pago (AUH, asignación familiar, etcétera).

Por eso, Anses y el Ministerio de Economía piensan ampliar el alcance del IFE. Si se estimaba otorgar 3,6 millones de asignaciones de $10.000 a trabajadores informales, monotributistas A y B, titulares de AUH y empleadas domésticas (en blanco o sin registrar), las dependencias intentarán alcanzar hasta 5 millones de bonos.