Cambiemos sigue mostrando debilidad política e incertidumbre económica. El rumbo no lo encuentra y parece reaccionar tarde. Los mercados no le creen al discurso presidencial y se sigue disparando la moneda norteamericana. La inflación que se espera es la más alta de la última década y el panorama es desalentador.
Probablemente estemos ante la estafa electoral más grande de la democracia. Porque quienes le creyeron a Macri en la campaña de 2015 esperaban otra cosa. Habló de Pobreza Cero, de eliminación del Impuesto a las Ganancias, de no devaluar, y de desarrollar la economía y generar cientos de miles de puestos de trabajo. Entre otras cosas, por ejemplo, se decía que el ajuste feroz del Estado era una mentira K y que no había de qué temer.
Nadie niega que el nivel de gasto era insostenible y que la economía venía capa caída casi un lustro antes de que gobierne Mauricio Macri. Tal vez diciendo lo que iban a hacer no los votaban ni sus familiares, pero eso no quita que haya sido una gran estafa. Porque en la campaña uno compone las bases de un hipotético futuro gobierno y las promesas incumplidas se convierten en imagen negativa y desesperanza.
Le quitó el carácter de ministerio a muchas carteras fundamentales, le borró de un escobazo a dos alfiles a Marcos Peña, colocó nuevamente retenciones a los granos y las exportaciones, y acelera los ajustes pensados con mayor gradualismo en el primer plan junto al Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, los nombres prácticamente, por ahora, no cambiaron. Siguen todos igual, solo que 9 ministros pasaron a ser secretarios, y una renuncia anunciada: la de Mario Quintana.
Con una inflación proyectada por el súper Ministro de Economía Nicolás Dujovne en 42% -las privadas estiman cerca de 50%- a los docentes y estatales en general le siguen ofertando porcentajes ridículos de actualización salarial. No superan el 16% en 3 veces y el presidente hasta hizo mención a los mismos en el discurso de 22 minutos grabado tres veces este lunes a primera hora. Las Facultades siguen cerradas, y algunas tomadas por los estudiantes.
La bala de plata de este lunes para aquietar a los mercados y frenar la fuga de capitales fue desperdiciada según los especialistas. Y el panorama del viaje de Dujovne no es muy claro y se esperan anticipos del capital ofrecido por el FMI para calmar las cosas de cara a fin de año. También hay decisiones de refuerzos en planes sociales -$1200 en septiembre y $1500 en diciembre extras para cada AUH – para evitar la escalada de la crisis social en los barrios más populares.
Parece que el plan pasó de ser el del cambio al de aguantar. Que pase la famosa “tormenta”, inyectar dinero en la calle el año que viene y que las urnas hablen. Y que no “pasen cosas” que hagan cambiar nuevamente el plan económico. La gente depositó un voto de confianza en el cambio y la solidez, se encontró con liquidez y desencanto. Todavía le queda un año y cuatro meses para revertir en algo una imagen pálida e infructífera.
