Una tradición que se instaló en 1996, y se fue repitiendo año tras año, hasta llegar a la víspera de una nueva edición del Clásico rosarino de este fin de semana, congregó a miles de hinchas leprosos que colmaron el Coloso Marcelo Bielsa.
Un ritual, para darle el apoyo a los jugadores, que a lo largo del tiempo se convirtió en una pasión para la parcialidad rojinegra. En efecto, todas tribunas podían verse atiborradas de hinchas y de familias haciendo esta previa del derby de la ciudad.
En esta oportunidad, se dio un hecho saliente que fue la presencia de familiares en campo de juego, que acompañaron a los jugadores que el domingo a las 16.30 pisarán ese césped, pero con otra adrenalina, distinta, no menor.
Luego del traspié con Estudiantes, el equipo de Heinze, salió a flote en debut de Copa Sudamericana, trayendo a Rosario 3 puntos de oro, en visita al módico Audax Italiano, de Chile.
Así, esta noche, se vivió una verdadera fiesta, la primera para Gabriel Heinze como técnico leproso. Un verdadero envión anímico de cara a un partido que paraliza a la ciudad.
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