Milei: “Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”
Tras jurar como presidente ante la Asamblea Legislativa y recibir los atributos de mando, Javier Milei se acercó rápidamente a las escalinatas del Congreso de la Nación para realizar su discurso ante la multitud. El flamante mandatario citó el preámbulo de la Constitución, hizo un repaso de los errores de los gobiernos anteriores que generaron, a su entender, la grave crisis económica actual, y prometió “no perseguir a nadie”.
La multitud congregada en la plaza lo recibió al grito de “Libertad”, pero también se escucharon “motosierra” y “no hay plata”, algunos los gritos que corearon los simpatizantes de La Libertad Avanza.
“Hoy comienza una nueva era en la Argentina, hoy damos por terminada una larga y triste historia de decadencia y declive, y comenzamos el camino de reconstrucción de nuestro país”, dijo Milei durante su primer discurso como presidente de la Argentina.
Además, sintetizó: “La conclusión es que no hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al shock, naturalmente eso repercutirá de modo negativo sobre el nivel de actividad, el empleo, los salarios reales, la cantidad de pobres e indigentes”.
“Los argentinos de manera contundente han expresado una voluntad de cambio que ya no tiene retorno, hoy enterramos décadas de fracaso”, expresó y anticipó que lo que se viene es “una era de paz, prosperidad, crecimiento, desarrollo, libertad y progreso”.
“Ningún gobierno ha recibido una herencia peor de la que recibimos nosotros”, afirmó, y sostuvo que “el gobierno saliente nos ha dejado plantada una hiperinflación”, y que “no hay alternativa posible al shock y al ajuste”.
“No hay vuelta atrás. Hoy enterramos décadas de fracasos, peleas intestinas y disputas sin sentido. Peleas que lo único que han logrado es destruir nuestro querido país y dejarnos en la ruina”, señaló el nuevo Presidente de la Nación.
Al finalizar su discurso, Javier Milei repitió la frase que lo acompañó durante toda su campaña política al grito de: “¡Viva la libertad, carajo!”.