A principios de abril, la plataforma de streaming Disney+ estrenó el documental “Amén, Francisco responde”, una serie de entrevistas que mantuvieron jóvenes de entre 20 y 25 años con el Papa Francisco. Milagros Acosta, integrante de la red de Católicas por el Derecho a Decidir, fue una de las encargadas de dialogar con el Sumo Pontífice, a quien interpeló respecto del aborto y le entregó un pañuelo verde.
“Por qué la Iglesia querría obstaculizar un derecho de una mujer. Entonces, lo que yo pienso es que Jesús acompañaría a esa mujer, no la juzgaría como lo hacen en una misa, en una iglesia, que me ha tocado ir con compañeras que han pasado esta situación de aborto y que en vez de enseñar el Evangelio, están señalando y diciendo que son unas asesinas y las tratan horrible. Cuando ellas van a la iglesia, realmente a encontrar el amor de Dios, a escuchar la palabra. Ahora yo le quiero entregar algo. A mí esto, poder tenerlo y llevarlo en la mochila, atarlo ha sido… Ha sido un tránsito muy duro”, expresó Milagros en el documental.
“He logrado participar en el documental de la Organización Católica por el Derecho de Decidir. Han facilitado mi número a la productora de España, con la que se han comunicado conmigo y tres meses me he citado con muchas entrevistas, en las cuales había 16 jóvenes que tenían la posibilidad de participar en este documental. En un principio no sabía que era a entrevistar al Papa Francisco, sino que me iba enterando según el avance de cada una de las entrevistas que he vivido pasando”, comentó en La Tarde de la 100, por La 100 Rosario.
Asimismo, reconoció: “La experiencia todavía a mí me cuesta creerlo y me cuesta escucharme porque la verdad que es lo más surrealista que he vivido. Para mí, una chica de un barrio popular de Santiago, estar en una plataforma a nivel mundial y con una figura tan importante como la que representa el Papa Francisco, creo que no había estado preparada para una experiencia de este tipo, pero bueno, me he animado porque según los de la productora me decían que el Papa Francisco aceptaba las entrevistas y quería que lleven inicialmente, digamos, la periferia de que habla en el documental”.
Y seguido remarcó: “Con esa seguridad he podido ir a transmitir lo que yo considero una parte de verdad que pasamos muchas católicas feministas y feministas, de vivir nuestra fe o de nuestra compañía y del espacio de religión que muchas veces vivimos en situaciones de violencia o abuso cuando realmente yo considero que si vamos a la iglesia a una misa es para discutir sobre el amor de Dios y no es un espacio para que estén condenando a las mujeres y señalando”.
En tanto, Milagros compartió: “A mí me ha pasado, que lo cuento en el documental, que me he ido con una compañera que había pasado una situación de esta y hemos terminado saliendo llorando de la misa porque no la hemos podido disfrutar, porque se utilizaba este espacio, para señalar y juzgar y condenar, que para mí no era correcto. Y siendo católica, he empezado, digamos, a dudar, a poner en cuestión esas situaciones que no me gustaban y especialmente a preguntarme si merecía la pena seguir en la Iglesia como institución o renunciar a eso”.
No obstante, destacó: “Hoy, después de un tránsito largo y de un gran desequilibrio, he podido encontrar la Organización Católica por el Derecho a Decidir, quienes han potenciado mi fe y quienes me han hecho ver que se puede ser católica y feminista, que los derechos no se negocian y que hay que luchar por espacios de fe donde realmente sean de contención y que no sean violentos y se denuncie. Podemos ser católicas, pero también podemos desistir de muchas cuestiones de que pasan dentro de esa comunidad”.
Sobre el momento particular de interactuar con el Papa, comentó: “Nos encontramos con el Papa, no en el Vaticano, sino en una fábrica que ha sido restaurada por jóvenes ahí en Roma, en el cual el sentido del documental, de lo que han querido contar, es que el Papa sale del Vaticano a encontrarse con nosotros los jóvenes”.
“En el primer momento estuvimos muy nerviosas -continuó-, todos compartíamos digamos como esa ansiedad al que sigue ya el Papa y pase lo que tenía que pasar y porque todos teníamos temas muy polémicos, uno de ellos estaba yo, entonces queríamos saber cómo, cómo él entraba, en qué posición llegaba al lugar, y hemos recibido desde ese lado, desde el Papa Francisco, que yo lo valoro un montón, que ha sido llegar como uno más, no como “El Papa”, en letras mayúsculas, sino como un señor, adulto, llegando a hablar con jóvenes, y se ha puesto en esa posición. Por eso es que yo me animo a todo lo que me ha animado y entregarle el pañuelo. Obviamente que hay un montón de cuestiones que no estoy de acuerdo, pero valoro esa cercanía que he podido tener no solo conmigo, sino con los otros jóvenes también”.
En esa línea, aseveró: “Soy consciente de que continúan con esos discursos machistas y violentos y de obstaculizar una posición de la mujer dentro de la iglesia, dudo que quiera que cambie la iglesia realmente porque considero que tiene que ser desde las escrituras, pero eso ya queda en claro en el documental. Lo que a mí me gusta valorar y sacar positivo siempre de las situaciones es que el pañuelo verde ha llegado al Papa y que no lo han cortado, no lo han editado y que mi testimonio ha salido y no lo han evitado”.
Finalmente, Milagros destacó: “Esa en parte, la más importante ha salido al aire y está recorriendo el mundo y me ha llegado un montón de testimonios de un montón de personas que le ha servido y ese ha sido mi objetivo, ir con mucho amor y respeto también con un poco de enojo e impotencia, pero sobre todo con mucho amor a entregar ese pañuelo verde que para mí representa no solo algo personal lo que yo he atravesado para poder reconocerme, imagínate una católica cargando un pañuelo verde, sino también todo lo que representa ese pañuelo que es la marea verde y la conquista, un ejemplo de lucha”.
