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jueves 25 de abril del 2024

«Me temblaba la casa, lo único que queremos es dormir»: denuncian descontrol en un centro cultural de Pichincha

Vecinos solicitan presencia en la zona y apuntan contra la GUM por su ineficiencia: "Dicen que están cambiando el sistema telefónico, desde hace tiempo nos vienen avisando esto y pasaron cinco meses".

Ruidos molestos hasta altas horas de la noche, personas alcoholizadas en las calles y la mugre en la vereda cuando sale el sol, el combo del descontrol volvió a ser noticia en el histórico barrio de Pichincha, donde los vecinos que habitan en el lugar vienen denunciando sus problemas para conciliar el sueño.

Este fin de semana, los habitantes del barrio apuntaron contra el Centro Cultural Güemes, que se instaló hace dos meses en Ovidio Lagos y Güemes y que el viernes por la noche hizo temblar a toda la cuadra. «Ya vivimos esta experiencia de los centros culturales. Cuando es centro cultural no hay quien le ponga freno porque está en el medio la política. El viernes fue un desmadre total, tocó Kapanga y la música era terrible. Vecinos escuchaban a 100 metros la música, a mí me temblaba la casa», sostuvo un vecino en Radio Mitre Rosario.

«La Guardia Urbana Municipal (GUM) no atiende, dicen que están cambiando el sistema telefónico. Desde hace cinco meses lo manifiestan, que hacen reforma en el sistema de llamado cuando eso se puede hacer en días», denunció. «Acudimos a Rosario Responde, pero los fines de semana no trabajan y ve los informe después en los días hábiles», añadió.

Si bien el denunciante contó que hubo más presencia en la zona con el cambio de gestión Rosario, la situación parece no mejorar: «Pusieron funcionarios en lugares estratégicos como Carolina Labayru (secretaria de Control y Convivencia), están pendientes siempre de nosotros pero no están respaldados ni de arriba ni de abajo. No es difícil, lo único que pedimos es dormir».

La tensa calma que venía reinando en Pichincha antes de este nuevo episodio de control, según explicó el habitante del barrio, se debía a una cuestión estacional: «Mitad de diciembre, enero y mitad de febrero se calma, después empieza a resurgir otra vez por el clima, hay muchos locales que no tienen aire acondicionado. Cuando refresca la gente vuelve a recurrir y esto se desmadra».

Por último, enumeró los problemas que vienen visualizando: «Superocupación de veredas, veredas alquiladas por vecinos a bolicheros, el mal uso del espacio público, gente borracha por la calle, sin control de alcoholemia, sin control de nada».