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jueves 28 de marzo del 2024

«Me interesa más comer con amigos que mi carrera»

Quien conoce a Migue Granados no se espantará con su lírica directa. Así es él, rebelde de cuna y con la lengua suelta porque la vida es una y esa es su filosofía: la del palo y a la bolsa, diría Fontanarrosa. El actor, humorista, cantante y productor –elijan el cargo que más les guste- se incomoda con los rótulos y dice que le “chupan un huevo los logros profesionales porque va a morir como Steve Jobs y como cualquiera”. Con tono bromista, lanza dos puteadas por frase y desata la risa de cualquiera. Es un pibe descomprimido, sin estereotipos, al que si le pinta tatuarse una palta, un ajo, un pedazo de queso y una copa de vino en los brazos, va y lo hace. No espera aprobación ni permiso.

Migue es muy querido en Rosario por “buen pibe” y por ser recordado por sus amigos de la infancia como el bromista de la clase. Pasó por cuatro colegios distintos porque siempre lo echaban por “rompe bolas” y no por otros motivos. Él mismo cuenta, sin pelos en la lengua,  que el pasado profesional de su padre le abrió las puertas a muchos trabajos, pero que su fuerte no es trabajar. Sobre su paso por Ideas del Sur, dijo: “Yo soy re vago, viste. Y en un momento no me dio más la cara porque mi viejo es un re laburante, un obsesivo detrás de las cámaras y lo que ve la gente en la pantalla. Y yo estaba re vago ahí y pensé: `Estoy quedando como el orto y no puedo quedar como el ojete`, y me fui. Y después estuve un par de años sin hacer nada hasta que hablé con el productor de Sin Codificar, Gustavo Pavan y me dijo ´vení, que necesitamos un asistente´ y ahí me fui metiendo”. Así es como sin buscarlo, Migue Granados terminó trabajando de 13 a 16 en Radio Blue, a las 17 en ESPN y en Sin Codificar los domingos.

– ¿Cuánto hace que estás en Buenos Aires?

– Terminé el colegio en 2004 en Cristoforo Colombo y me vine para Buenos Aires. Ahí empecé a trabajar como producción en lugares que conocía por mi viejo y arranqué como asistente. Empecé buscando laburo en Ideas del Sur que es donde había laburado mi papá. Así como fui, entré y me dijeron: `Vení, pasá´.  Pero yo soy re vago, viste. Y en un momento no me dio más la cara porque mi viejo es un re laburante, un obsesivo detrás de las cámaras. Y yo estaba re vago, así que pensé: `Estoy quedando como el orto y no puedo quedar como el ojete´, y me fui. Y después estuve un par de años sin hacer nada hasta que hablé con el productor de Sin Codificar, Gustavo Pavan, y me dijo ´vení, que necesitamos un asistente´ y ahí me fui metiendo. Como éramos 4 o 5 gatos locos, me empezó a meter en el programa hasta cantando la cortina. Pero de actuación no tenía ningún tipo de preparación. Fue todo de caradura y me daba mucha vergüenza. Las cosas que hacía ahí fueron de caradura porque los conocía de chicos, pero en otro lugar no me hubiera animado.

– ¿Y en Rosario donde vivías?

– En Paraguay y Santa Fe.

– Y te fueron rajando de algunas escuelas, ¿qué pasó? …

– Sí, pero en realidad me rajaban porque rompía las bolas. En primer y segundo grado fui a la Dante que está buenísima y de ahí me rajaron por molesto, pero no por malo o romper un vidrio sino por rompebolas. Después de ahí, me pasaron a la San José que era de un amigo de mi viejo. Y supuestamente me iban a aguantar un poco más y, de hecho, lo hicieron. Me bancaron de tercer grado a octavo y me echaron. Después fui a Edmondo de Amicis y terminé en la Cristoforo Colombo que era una poronga, aprendí menos que viendo TV.

– ¿Hiciste nuevos amigos en Buenos Aires?

– No tantos. Sí algunos de los laburos del momento, pero no hice una banda de amigos. En Rosario tengo muchos de la infancia como Andrés (Cánepa) que es mi amigo de toda la vida, tipo hermano, como mi familia. Y después mantengo mi grupo de amigos de la secundaria, la mayoría del colegio.

– ¿Tomás conciencia del alcance que tienen tus bromas en Twitter, que llegan a un millón de personas?

– Twitter está re contra muriendo y me parece un garrón porque me encanta. Muchos seguidores los fui sumando cuando empecé a laburar en cámara, pero está buenísimo eso, a mí me encanta eso de tener un canal propio de expresión.

– Y hablando de futuros, ¿qué proyectos tenés?

– A nivel carrera siempre me dicen `tenés que pensar en tu carrera´, y la verdad que a mí me chupa un huevo. Me interesa más salir del laburo e ir a comer con mis amigos. A veces me llaman para ofrecerme laburo y la típica, me dicen: `Acá te van a pagar dos pesos, pero te vamos a dar auspicio´. Y yo me quiero comprar una casa, me chupa un huevo el auspicio. No me interesa una carrera ni el nombre de una empresa porque voy a morir, igual que Steve Jobs y que cualquiera. Proyectos de laburo no tengo. De hecho, odio laburar (bromea).

– Te conocemos como el pibe divertido. ¿Cómo sos como padre?

– Me volví loco. Es un amor que es una locura. Es muy chiquita y es re adicta a la madre. Al principio, la madre es como Messi. Dicen que después eso se revierte y que siendo nena, se apega más al padre. Por ahora tengo la mejor, pero necesita más a la madre para dormir, la teta. Yo igual tengo más teta que la madre.

¿Una palta como tatuaje? ¿A qué viene eso?

– La palta fue un impulso. Si hoy me decís ´che loco, mirá que conozco un tipo que por $1000 te lo borra´ y me lo borro. No digas nada igual. Son tatuajes que van al frente. Después tengo tatuada una copa de vino, un ajo, un pedazo de queso, un dibujo de Toy Story.

– De Toy Story sos fanático…

– Sí, mal. De hecho, me invitaron al estreno de Toy Story en Pixar para el año que viene. ¡Me vuelvo loco mal! Así que el año que viene voy a viajar a cubrirlo ahí. El año pasado me invitaron a estrenos que me chupan un huevo como Buscando a Dory, Cars 3, pero no me interesan.

– ¿Hiciste alguna vez doblajes?

– Eso estaría buenísimo. La mayoría de los doblajes son latinos, pero hubo algunas versiones argentas con Echarri, Mike Amigorena. Se podría hacer un Toy Story 4 con todas voces de Rosario: Tessandori y Marcelo Megna, ¿no?