Mauricio Macri blanqueó este martes una medida en análisis y abrió el debate sobre el nuevo rol de las Fuerzas Armadas en el Gobierno. Las declaraciones se dieron en un acto por el Día del Ejército, en el Colegio Militar de El Palomar, acompañado por dos de los funcionarios involucrados en la iniciativa: Oscar Aguad, ministro de Defensa, y Patricia Bullrich, su par de Seguridad.
«Necesitamos Fuerzas Armadas que se adapten a las necesidades del siglo XXI y preparadas a las amenazas que hoy nos preocupan», aseguró el Presidente, y pidió «mayor esfuerzo en la colaboración con otras áreas del Estado».
De esta manera, Macri hizo público un debate interno en el Gobierno que ya había generado repercusiones hacia afuera. Un nuevo marco para la intervención del Ejército en la custodia de las fronteras y otras tareas vedadas actualmente «está en análisis», reconocieron funcionarios que buscaron aclarar que no implicará la actuación en cuestiones de Seguridad interior más allá del apoyo logístico (como radares y transporte) ya implementado. La evaluación apunta a modificar la reglamentación de la ley de Defensa Nacional, una decisión que de confirmarse provocará controversias.
La mirada del Gobierno en este tema se centró en el decreto 727 de 2006, firmado por Néstor Kirchner y la ex ministra Nilda Garré. Se trata de la reglamentación de la ley 23.554, que dispuso que las Fuerzas Armadas serán empleadas «ante agresiones de origen externo perpetradas» por ejércitos de otros Estados. La intervención en el ámbito interno queda limitada por la Ley de Seguridad Interior a casos excepcionales, con la previa declaración del Estado de sitio. El Gobierno busca ubicar integrantes de las FF.AA. en las fronteras, en especial la Norte, y de ese modo mover efectivos de las fuerzas de Seguridad, como Gendarmería, a otros sitios.
Funcionarios que participaron de las reuniones de análisis aseguraron que empezó a discutirse antes de la crisis cambiaria, la devaluación y la negociación con el FMI; de ese modo, procuraron desactivar que estuviera relacionado con endurecer los controles en la calle y apelaron al argumento de «una asignación más eficiente de los recursos humanos y materiales» de las Fuerzas Armadas, con más de 80 mil integrantes entre el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea.
«Estamos viviendo épocas de grandes transformaciones, el mundo está en constante movimiento», fueron las palabras de Macri para blanquear la discusión del nuevo rol, y mencionó el «apoyo logístico a las fuerzas de seguridad para cuidar a los argentinos ante las amenazas y desafíos actuales». El Gobierno había ampliado en marzo, por decreto, la Zona de Seguridad de Fronteras «para la lucha contra el narcotráfico, la trata de personas, el contrabando y otros delitos transnacionales».
En la Casa Rosada surgieron algunas diferencias en cuanto al marco normativo, más allá del consenso en cuestionar el decreto de 2006. Para algunos funcionarios alcanzaría con una nueva reglamentación, aunque otros sostuvieron que sería necesario modificar la Ley de Seguridad Interior en el Congreso.
Las palabras del Presidente potenciaron una discusión que ya había asomado. «Es muy peligroso, quieren volver a la teoría del enemigo interno, van a perturbar la paz», esgrimió Estela de Carlotto -titular de Abuelas de Plaza de Mayo- a FM La Patriada. Germán Garavano -ministro de Justicia- había diferenciado los ámbitos de actuación. «Las Fuerzas Armadas tienen que seguir en la actividad logística de apoyo a las fuerzas de Seguridad. Cada uno tiene su rol, y son distintos. Salvo que sea una excepcionalidad, no creo que sea la mejor herramienta», se mostró contrario a la intervención del Ejército en cuestiones internas.